31 may 2011

Orientador desorientado... que no cunda, por favor

    Hace unos días coincidí en un programa de radio con el presidente de una Asociación de Orientadores, con motivo de la noticia publicada por el Ministerio sobre el descenso del abandono escolar en casi tres puntos porcentuales. Vaya por delante mi sincera simpatía por los orientadores escolares, un grupo profesional muy activo, siempre sensible a los alumnos con dificultades y a la relación entre éstas y la estructura escolar y el medio social, así como interesados por las aportaciones de la sociología, mi especialidad, razones por las cuales, por un lado, he prestado siempre mucha atención a la información y la perspectiva que ofrecen sobre la realidad escolar y, por otro, he colaborado en numerosas ocasiones en eventos organizados por ellos.
    Pero la experiencia del otro día fue diferente. Mi contertulio comenzó explayándose en criticar los propios datos objeto del programa porque, según él, la información que recogen los centros es inadecuada y la que ofrecen las comunidades al Ministerio es limitada, parcial... La cosa me hizo sentir bastante incómodo, pero no tuve más remedio que explicar, suavemente, que la información en discusión no venía de los centros ni de las CCAA, sino de la Encuesta de Población Activa, a cargo del Instituto Nacional de Estadística, que es una fuente muestral, no registral, y ténicamente casi perfecta, pues el INE sabe muy bien lo que hace, cuenta con muchos medios y lleva mucho tiempo haciéndolo.
    A continuación, mi contertulio se lanzó a lamentar que no hubiera más orientadores en los centros, asegurando que debería triplicarse su número (creo recordar que era esa la proporción). La cuestión que me preocupó no fueron los números, en los que no entraré, sino el argumento de fondo: no se podrá hacer nada contra el fracaso y el abandono si los colegios no cuentan con el conocimiento cualificado para afrontarlo, que naturalmente era el de los orientadores y sólo el de los orientadores. Así se cerraba el círculo argumental: el adalid de la profesión discutía primero la magnitud del problema, que sería mucho más grave de lo que la gente piensa (de ahí el afán por cuestionar las cifras de la mejora), para luego asegurar que la única solución eran sus servicios. Más fracaso y abandono del que se dice y muchos menos orientadores de los necesarios.
    Yo hice notar que antes del abandono o el fracaso hay siempre otros muchos escalones como el retraso, la repetición,las dificultades visibles de aprendizaje, etc. y que no podían esperar a la intervención del orientador, sino que debían ser detectados por los maestros y profesores ordinarios para actuar lo antes posible, etc., así como que en arte era también el simple resultado de la ordenación del sistema (falta de continuidad sin la graduación en ESO, ubicuidad de la repetición, etc.) pero mi interlocutor contraatacó señalando la muy deficiente formación del profesorado y demás. Por mi parte, admití que la formación de maestros y profesores era manifiestamente mejorable (aunque en ello estamos: grados para los primeros y másteres para los segundos, y ya veremos), pero la de los orientadores también, en particular su desconocimiento del mercado de trabajo (me abstuve de indicar que se manifestaba en confundir, por ejemplo, datos escolares con datos de la EPA). Pero todo fue inútil: en el siglo XXI el orientador... bla, bla, bla.
    Entiendo que cualquier gremio se autopublicite, y contra el vicio del autobombo siempre queda la virtud del escepticismo, pero hay ciertos razonamientos que me parecen peligrosos, y en este debate vi dos de ellos. El primero, ya lo he apuntado expresamente, es reducir la orientación a orientación escolar, o no entender que el adolescente no es ya simplemente un alumno sino que comienza a tener cada vez más presentes sus expectativas y aspiraciones laborales y que la escuela, y en particular los orientadores, deberían tener un conocimiento del mundo del trabajo, tanto para disipar fantasmas y cantos de sirena como para ofrecer una información fidedigna, que desgraciadamente no tienen, aunque algunos crean que sí.
El segundo es la tendencia a vaciar de cualificación y de responsabilidad al docente ordinario. Si el orientador va a ser el único que analice, diagnostique, oriente, etc. entonces el maestro y el profesor ya no necesitan saber ni decidir ni preguntarse nada que no sea lo que concierne a los contenidos y los métodos de enseñanza y aprendizaje.
    Las profesiones, no nos engañemos, se construyen las unas contra las otras, en pugna por sus jurisdicciones, sus relaciones de igualdad o de subordinación, etc. Los orientadores sin duda han tenido y tendrán todavía dificultades para ser plenamente aceptados y reconocidos por el profesorado ordinario, pero la respuesta no puede ser la mera autoafirmación ni la negación del conocimiento ajeno.

¿Sobré qué principios deben sustentarse los pactos tras las elecciones del 22M? 2

Sobre Bildu. Sinceramente, no veo quién ni cómo va a hacer tal cosa, cerrarles el paso. La cuestión será más bien si sólo se van a dar alianzas entre nacionalistas, entre otras cosas porque nadie esté dispuesto a otras, o si se materializará, en distintos municipios, todo el abanico de posibilidades en función de las afinidades electivas sin que se desaten las respuestas demonizadoras. Hay que recordar que han sido elecciones municipales, que ni siquiera ha habido autonómicas enel PV, y, aunque Bildu sin duda querrá meter una carga nacionalista en los ayuntamientos, el resto de los partidos, en particular los no nacionalistas, deberían centrar su estrategia en deslindar la gestión municipal del conflicto identitario y nacional. Al Ministerio del Interior y al poder judicial les corresponde, por otra parte, vigilar estrictamente la legalidad de la actuación de los recién llegados. A sus potenciales aliados les toca no pasar la raya de la letra ni el espíritu de la ley. Un frente indiferenciado anti-Bildu, con o sin el nacionalismo moderado, solo contribuiría a engordarlos.
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Debo decir que me choca la pregunta misma sobre Bildu, salvo por su función mayéutica. Si se les ha exigido que entren en el juego democrático, así como que lo hicieran cumpliendo unos requisitos no sólo formales (eso ya lo hacían HB, EH y el largo rosario hasta Sortu) sino también sustantivos, y así lo han hecho (el TC dixit, y su dictamen, en esto, va a misa), ¿cómo impedirles que gobiernen? Las circunstancias podrán sugerir a cada partido entrar o no en alianza activa o pasiva con ellos en cada institución, pero hacer de la negativa una política general, condenándolos a no ser nada donde no tengan mayoría absoluta, sería casi como pedirles que volvieran a las armas o, como poco, a algún tipo de estrategia antisistema.

¿Sobré qué principios deben sustentarse los pactos tras las elecciones del 22M? 1

[Ayer, en Eskup]

Siempre me ha llamado la atención esa idea de que hay que dejar que gobierne la lista más votada. En lógica y aritmética democráticas es absurda, puesto que la más votada puede ser también la más rechazada, tanto por el número de votantes como por su convicción. Con independencia de que el encargo de formar gobierno nacional o las rondas autonómicas y locales puedan empezar por ella, sea por eficacia o por deferencia, el resultado dependerá de los grados de afinidad entre todas y cada una de las fuerzas en presencia. La lista más votada, por tanto, puede ir a parar tranquilamente a la oposición, y los partidos deberían acostumbrarse a aceptarlo sin rechistar. Entenderlo es muy sencillo: ¿están obligados el PP de Rajoy y el FAC de Cascos a dejar gobernar al PSOE?... obviamente no, pues, por más que cultiven el narcisismo de las pequeñas diferencias, ayer eran un único partido y hoy se siguen pareciendo como un huevo a otro. Tampoco POE e IU tienen por qué ceder Extremadura al PP. El de la lista más votada no ha sido sino el argumento fácil de la derecha frente a una izquierda normalmente más fragmentada.
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Se comprende cierto afán revanchista de IU de Extremadura tras treinta años de mayoría absoluta socialista en los que se les pudo llegar a negar el pan y la sal, así como el placer de explotar sus quince minutos de popularidad, pero eso es todo. Sobre lo que debe reflexionar IU es sobre por qué, en un país que todavía se autodefine de izquierdas, los votos perdidos por el PSOE no se han pasado a ellos, y casi seguro que no ha sido por parecerse demasiado. Cierto grado de exigencia y hasta de farol para llegar a un gobierno de coalición o a un apoyo parlamentario puede entenderse, pero no hay que llevar demasiado lejos el juego de la gallina (a ver quién cede antes). Julio Anguita fue personalmente mimado por cierta prensa, pero hundió a IU con su estrategia de la pinza. En cuanto al proceso asambleario de decisión al respecto, en este caso no me convence, pues: a) IU es una organización centralizada, b) abre la puerta a que una y otra vez se ponga en cuestión la alianza, c) la dirección regiional no acude con una posición clara y d) es una mala imitación del 15M (esperemos, eso sí, que más operativa).


29 may 2011

Del corporativismo ciego y asilvestrado

   En el frontispicio del templo de Apolo en Delfos estaba escrito: “Conócete a ti mismo”. Hay muchas interpretaciones posibles de este lema, no necesariamente alternativas ni incompatibles, pero yo me quedo con una, aunque no sea muy común: desconfía de ti mismo y de tus motivos. Me parece una máxima imprescindible e irrenunciable para los intelectuales, y no me refiero a físicos y metafísicos laureados sino a todos aquellos cuyo objeto o cuyo instrumento de trabajo son las ideas, desde los agentes comerciales hasta los investigadores y artistas, pasando por los docentes, los informadores, etc. Se podría expresar esta interpretación de otro modo: no dejes que tus intereses materiales nublen tus facultades intelectuales.
Siempre me ha producido una mezcla de asombro, lástima y repulsa la gente que confunde sus intereses personales con valores o intereses universales. Asombro, porque cuesta comprender esa ceguera, por mucho que se entienda lo que hay detrás de ella; lástima, porque denota un nivel o un autocontrol intelectuales limitados; repulsa porque me parece, sin más, indecente. Supongo que puede encontrarse en cualquier lugar, pero creo que es especialmente frecuente en el mundo de los servicios públicos, donde resulta más tentador confundir los intereses laborales propios con los intereses de la sociedad, y más aún en el de la enseñanza, donde, acostumbrados al silencio de los alumnos, es más viable creer que nuestro discurso resulta convincente por el mero hecho de que no tiene réplica o es de fácil contrarréplica.
En la Universidad se puede encontrar esto en la figura del profesor que te asalta en un pasillo para convencerte de que su trabajo tiene un valor incalculable pero el de sus contrincantes en una oposición o en cualquier otro escenario de competencia es una basura; o la del que cree que la Universidad o la Administración deberían financiar sus clases sobre la única asignatura que quiere o sabe dar, o sobre el tema de su tesis doctoral que a pocos atrae, aunque el número de estudiantes interesados se sitúe bajo el umbral de la viabilidad económica y tienda a cero; o el que no para de contarte lo importantes que son su asignatura o su área, que deberían tener más horas en todos los planes y expandirse hasta ser el núcleo de una titulación. No son muchos, pero sí muy ruidosos y, a menudo, plúmbeos.
La ventaja de la Universidad, en este aspecto, es que la fragmentación de las especialidades docentes e investigadoras hace que este fenómeno de autobombo irreflexivo -que en cuanto se ve contradicho o puesto en duda se torna paranoico y agresivo-, aunque sea frecuente, no deje de ser individual y disperso, es decir, anecdótico. Además, dado que el contexto es muy competitivo (aunque no todo lo que debiera, en algunos aspectos), al que más y al que menos se le bajan pronto los humos a base de concursos perdidos, artículos rechazados, proyectos no concedidos, propuestas desestimadas, etc.
Cuando pasamos a la primaria o la secundaria encontramos lo mismo, pero en grupos, pues en esos niveles de enseñanza el colectivo resulta siempre mucho más prominente y los individuos se ven empujados a un segundo plano, cuando no silenciados, por ruidosos portavoces que imponen el contenido y los límites del discurso público. No es un problema de la actitud de tal o cual subsector, sino una característica general del campo profesional: ayer pudieron ser los interinos, hoy los profesores de Latín y mañana cualesquiera otros. (Salvando las distancias en todo, si hay algo parecido al totalitarismo democrático que llevó al suicidio de Sócrates, ese algo es un claustro.)
Hace poco escribí en este blog sobre el llamado bachillerato de excelencia de la Comunidad de Madrid, del que ya me había ocupado en mensajes anteriores, y critiqué, entre otras cosas, la (única) medida anunciada de convertir en asignaturas obligatorias en sus modalidades las actuales optativas de Física y Latín (Si la vía a la excelencia es el Latín, la hemos fastidiado). Lo hice porque me parece inadecuado, demagógico, poca cosa y una mala carta de presentación, y mi objetivo era el bachillerato de excelencia, no el Latín, pero el caso es que un par de docenas de profesores de esta asignatura dejaron sus impresiones como comentarios en este blog (pueden verse a continuación de la entrada citada). Después he explicado con más detalle por qué no creo que el Latín no debe pasar de ser materia optativa (¿Tiene sentido que el Latín sea obligatorio en bachillerato?), lo que ha provocado unas pocas respuestas más. En conjunto, una estruendosa exhibición de visceralidad y, de paso, de vulgaridad, en la que no veo ni un solo argumento que merezca ser discutido: la práctica totalidad porque ni siquiera lo intentan y los que creen decir algo porque sólo repiten manidos tópicos infundados (las únicas dos intervenciones respetuosas y sensatas proceden los dos únicos intervinientes que no son profesores de Latín, o sea, que no intervienen por eso).
Vista con distancia, la cuestión es simple: los profesores de Latín quieren seguir teniendo trabajo, como todo el mundo, sólo que algunos quieren tenerlo a cualquier precio, es decir, por la vía de la imposición. Como todo interés especial en la esfera política se defiende mediante una retórica de los intereses generales, pero al final es lo que es, un corolario de la Ley de Parkinson: ningún cuerpo en ninguna burocracia declarará jamás que su razón de ser se ha extinguido o que le bastaría con menos espacio del que ocupa. La mayoría de los profesores de Latín, supongo, comprenden que, en una secundaria universalizada y ante una universidad tan diversificada, su materia ya no ocupa, ni puede ocupar ni ocupará el espacio que ocupaba cuando el bachillerato era básicamente un reducto de las clases altas y un pequeño vivero de funcionarios.
Sin embargo, siempre quedan quienes ponen su interés por encima de todo y, en un doble movimiento autojustificativo, lo subliman como una visión altruista y desinteresada mientras atribuyen a los demás la misma actitud interesada. La idea de que el Latín vuelva a ser obligatorio les encanta y su cuestionamiento les enerva. Se hacen sonar los tambores de la tribu y la tribu responde. La internet, que es casi todo ventajas, tiene la pequeña desventaja de permitirles vivir en un círculo autista en el que no dejan de darse la razón los unos a los otros, como los que aseguran que Elvis vive o que Armstrong no pisó la luna: nunca fue tan cierto que Dios los cría y ellos se juntan.
Dejo ahí esos comentarios que me dirigen, a pesar de su chabacanería y de que no aportan nada en ningún sentido, como tristes indicadores de que tampoco el Latín convierte a nadie en educador, ni siquiera en educado: no hace daño, pero no cura. Y me despido de esa compañía no solicitada. Aeternum vale.

¿Está lastrando la crisis del PSOE el futuro de la izquierda española? -2

Va a ser difícil que Rubalcaba y el PSOE convenzan al electorado de que ofrecen algo realmente nuevo, pues es una cara bien conocida y el resto de partidos se van a cansar de decir que son más de lo mismo. Sin embargo, algunas propuestas del 15M, en particular las que son más bien procedimentales, tales como el wikiparlamento, la democracia 4.0 o el salto a los barrios pueden crear escenarios que permitan un diálogo de la izquierda, organizada o desorganizada, desde moderados a radicales, que de otro modo no sería posible. Las iniciativas del 15M, aunque estén y vayan a seguir estando pobladas de sectas y sectitas, son abiertas por naturaleza; el PSOE, por su parte, haría bien en llevar a su conferencia y su "proyecto de cambio", al menos, las voces y la consideración de las propuestas que están proliferando fuera del recinto partidario; IU, que confiemos en que haya aprendido que el voto que pierde el PSOE no es necesariamente para ellos, ni siquiera el que no va al PP, tendrá que elegir entre intentar capitalizar, lo que no creo que funcione, o catalizar, es decir, animar y mediar, lo que tal vez.
 
El periodo preelectoral podría llegar a parecerse, creo, a los de las primeras elecciones no por los temas, ni por la configuración de fuerzas, sino por la reaparición de mediadores entre el electorado y los partidos. En las primeras rondas electorales democráticas proliferaban los escenarios en que los partidos acudían a explicar sus propuestas ante los vecinos, los trabajadores, los estudiantes, etc., a la vez que a escuchar y considerar, al menos formalmente, sus demandas. El 15M no es ni mucho menos la movilización de masas de la transición política, pero no creo que deba medirse por su capacidad de movilización (que, por otra parte, ha superado todas las expectativas previas, tanto en las manifestaciones y acampadas iniciales como en su continuidad o su capacidad de respuesta a los intentos de terminar con ellas) sino más bien y ante todo por su capacidad de comunicación, que es mucha. Cualquiera que asome a la red en estos días verá que la proporción de gente que observa el fenómeno y se manifiesta sobre él es inusitada. Las derechas tratarán de ignorarlo, pero las izquierdas deberian sumergirse.

28 may 2011

¿Está lastrando la crisis del PSOE el futuro de la izquierda española? -1

No es justo hacer leña del árbol caído. Claro que la crisis del PSOE lastra a la izquierda, pues es el grueso de la misma y su componente decisivo en la España de los últimos 30 años. Su gran acierto fue apostar por la economía de mercado y la democracia representativa cuando el resto de la izquierda deliraba [mos] con el colectivismo, la autogestión, la dictadura del proletariado, la nueva clase obrera... Pero la globalización, la informacionalización y la aceleración misma del cambio han redefinido el escenario y los términos de la política y su relación con la economía, y el error de la mayor parte de la izquierda, PSOE incluido, ha sido limitar su propuesta transformadora a lo social: esencialmente al gasto público, el PSOE a su querido cuarto pilar del Estado social e IU a la demanda de más gasto por doquier. Se impone dejar de oponer social a económico y redefinir ambas esferas conjuntamente, para lo que valen tanto y tan poco, por distintos motivos, la experiencia de gobierno socialista, la tradición igualitaria ex comunista y la crítica omnidireccional del 15M.
Todo el debate:¿Está lastrando la crisis del PSOE el futuro de la izquierda española?

En Eskup - El País - Política- El debate - 27/5/2011

27 may 2011

¿Por qué se estudia latín en la escuela?

La pregunta, nótese bien, no es para qué sino por qué. ¿Por qué se estudiaba latín en las universidades, así como en institutos, lycées, Gymnasia, grammar schools y equivalentes. Primero, porque era la lingua franca frente a las lenguas vernáculas, la que permitía la comunicación en las esferas de la religión, la ciencia y la filosofía e incluso, en alguna medida, la política. Segundo, porque jugaba un papel esencial en las escasas especialidades universitarias: Teología, Filosofía (ancilla theologiae), Derecho (que en gran medida era canónico) y Medicina (en gran parte descriptiva y codificada en latín). Pero resulta que estas condiciones ya no se dan. La ciencia hace mucho que dejó de escribirse en latín y se escribe hoy en inglés; hasta la Iglesia ha abandonado en buena parte el uso del latín a favor de las lenguas vernáculas; y la política adoptó ya hace siglos como lengua diplomática el francés y, después, el inglés. Guste o no, la lengua franca en todos los ámbitos es y será cada vez más el inglés.
Además, por supuesto, tiene virtudes propedéuticas: sus ardientes defensores no se cansan de repetirlo y los demás, hasta cierto punto, lo aceptamos. Pero la cuestión es que los estudiantes de hoy salen del bachillerato con un conocimiento del inglés, por ejemplo, absolutamente penoso e inoperante (como comprobamos los profesores universitarios cuando les hacemos leer un texto en inglés -no quiero imaginar lo que sería hacerles leer un texto en latín, por cierto). Y saldrán sin haber aprendido la lengua franca de hoy, entre otras cosas (no sólo, desde luego), si tienen que emplear parte de su tiempo en estudiar la lengua franca de anteayer.
El tiempo escolar es un recurso escaso y hay que elegir. Cualquiera de las materias que en él se enseñan y aprenden merecería mas tiempo por sí misma, pero no puede ser, porque no están ahí por sí mismas, o no sólo (me contó una vez un antiguo cargo ministerial que, según sus cálculos, si hubiera hecho caso a lo que los colectivos de profesores de las distintas áreas reclamaban en las enseñanzas medias, los alumnos habrían tenido de setenta a ochenta horas de clase semanales).
Eso no quiere decir que no pueda y deba ser materia de oferta obligatoria (que los centros deben ofrecer, pero los alumnos no están obligados a elegir), y ya lo es: optativa en la ESO y optativa de modalidad en el Bachillerato. Pero ¿qué sentido tiene hacerla obligatoria, siquiera en la modalidad de Humanidades y Ciencias Sociales? Si miramos la distribución de los estudiantes de estas áreas en la Universidad, las CC. Sociales más que triplican la matrícula de las Humanidades, sólo algo más de un tercio de esta última se dirige a las Filologías y apenas un 1.23% lo hace a Filología Clásica y un 0.24% a la Románica (pace, ya sé que el Latín tiene sentido para otras Filologías, pero ni todas ni por igual). Sólo las ramas de Economía y Empresa tienen más que el triple de alumnos que todas las Filologías reunidas, y Derecho más del doble. Lo lógico sería más bien que fueran las universidades las que determinaran en qué titulaciones requerir cierto conocimiento de Latín y en el acceso (que decidan los juristas si hace falta en Derecho, los biólogos si en Biología, etc.) y que los alumnos pudieran elegirlo según sus planes, no verlo impuesto (ni verse privados de la opción). De momento, la Universidad no lo exige -lo que parte de los latinistas criticarán- pero el instituto lo oferta con generosidad, lo que me parece suficiente.
Hay otro motivo, ciertamente, por el que una parte de la sociedad ha demandado el Latín. Me refiero a un deseo de distinción social que se expresaría en la exhibición de un amor al saber por sí mismo. El distanciamiento respecto de cualquier visión utilitaria del saber y la ostentación del saber desinteresado han estado con nosotros, al menos, desde el desprecio de Aristóteles por los oficios viles y su aprendizaje hasta la moderna idea de un saber desinteresado (como lo define no Ortega, sino Bourdieu). El latín distingue a su conocedor, precisamente, porque carece de aplicación práctica inmediata. El grado máximo de distinguido desapego lo propone O.W. Holmes cuando, en una nueva vuelta de tuerca, afirma: “Lo que distingue a un caballero no es saber latín sino haberlo olvidado”. Pero el elenco de saberes es hoy tan amplio que esto sería un dispendio, y afortunadamente ya no es más que historia.

26 may 2011

¿Congreso o primarias? ¿Cuál es la mejor salida para el PSOE y para el país?

En Eskup, El País - Política - El debate - 26/5/2011

¿Por qué chapotear en esa disyuntiva inercial? Que hagan las dos cosas, aun así (les) servirá de poco. El PSOE no puede seguir con su política actual, ni esperar a las generales para repensarla, luego un congreso es ineludible. Pero las primarias son la única apertura a sus bases y a la sociedad de un partido muy bolchevizado en un sistema partitocrático al que el electorado de derecha se adapta, pero la izquierda no. Por tanto, nada sobra: un congreso resolvería de forma poco gloriosa la elección del candidato (desde fuera sería un zapatazo más, aunque saliera un converso de última hora); unas primarias darán poco de sí en programa o estrategia. Las dos cosas, pues, son inexcusables, aunque no inevitables, y mejor primero el congreso y después las primarias. El presidente debería liberar al partido de su peso como secretario general, pero no creo que eso tenga que traducirse en elecciones anticipadas. Ahora bien, apurar la legislatura en esas condiciones sólo sería aceptable con reformas ambiciosas.
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Sigo: hay cinco millones de parados, la OCDE augura 15 años para recuperar el nivel anterior, la izquierda ha perdido un millón de votos, el PSOE se ha mostrado prisionero de la lógica del capitalismo financiero, IU combina el stalinismo kitsch con el reciclaje de la socialdemocracia y podría en estos días morir de éxito, y el 15M avisa que hay otra izquierda pero amenaza extinguirse debatiendo el sexo de los ángeles. ¿Quién puede, en la izquierda, apostar en serio por la mera recuperación del PSOE, el renacimiento de IU o la constitución del 15M como alternativa? La derecha gana, en parte, porque mantiene unida a su diversa base con una combinación liberalismo económico innovador, partido autoritario, movilización social y fragor mediático. La combinación de la izquierda tendrá que ser otra, pero alguna, respondiendo a la vez a la convicción democrática del PSOE, el impulso igualitario que mantiene IU y la demanda de regenerar la política y reinventar el espacio público del 15M. Por supuesto, yo no tengo la fórmula, pero ¿la buscamos o queremos volver a más de lo mismo?
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¿Se ha sacrificado Chacón o se ha recolocado para 2016? Y, Rubalcaba, ¿tiene asegurada la nominación o la inmolación en 2012, u 11? El PSOE debería pensar directamente en 2016, incluso porque ya es su único argumento para 2012. De aquí a las generales nadie va a pedir cuentas al PP en sus nuevas responsabilidades, porque no hay tiempo, y le será fácil centrar la atención en la herencia recibida. El PSOE, por su parte, no va tener tiempo ni de poner orden en casa, mucho menos de elaborar una oferta de gobierno atractiva para el cuatrienio siguiente. Lo mejor que le podría suceder ahora es perder una moción de censura y volver a los cuarteles de invierno. Lo peor que podría ocurrir en 2012 es que unos u otros, PP o PSOE, tuvieran que gobernar enteramente hipotecados a unos nacionalismos periféricos crecidos. La única vía para la izquierda es comenzar a trabajar en alternativas económicas para el futuro. Comietió el error de limitarse a políticas sociales aprovechando la bonanza económica... y así estamos; ahora afronta el reto de imaginar políticas económicas frente a la gravedad de la crisis social.
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¡Qué manía, por cierto, con que el secretario general del partido deba ser al mismo tiempo el candidato, el presidente o ambas cosas! No sabría decir qué fórmula es mejor en general, ni cuál lo será a largo plazo, pero, lo que es a corto, teniendo en cuenta las tareas que van a corresponder a cada uno de esos papeles y funciones, más valdría que fueran distintas personas. El presidente tendrá que seguir aplicando medidas claramente impopulares, tanto más entre la izquierda, por lo que más vale que siga siendo Zapatero, que ya ha empezado -y también como penitencia. El candidato tendrá que capear como pueda el temporal y minimizar daños, y Rubalcaba, con los activos de haber tratado con eficaz mano dura a ETA y con previsor guante blanco a las acampadas (aunque la derecha esté en enervada con todo) y siendo quien mejor comunica en las alturas del gobierno y el partido, sería el más indicado. El secretario, por su parte, tendrá que crear un clima que permita al partido rehacer su programa y su estrategia y conectar con el resto de la izquierda del pasado (IU) y del futuro (15M)... ¿qué tal Chacón?

¿Tiene sentido que el Latín sea obligatorio en bachillerato?

La crítica que hice a que el inminente bachillerato de excelencia de la Comunidad de Madrid vaya a tener como gran novedad, en la rama de Humanidades y Ciencias Sociales, la obligatoriedad de cursar Latin, ha provocado la respuesta iracunda de dos docenas de profesores de la asignatura en mi blog (aquí están las entradas -primera y segunda- y los comentarios) y los mismos u otros tantos en Twitter. La verdad es que me parece un problema muy secundario, pero, ya que está ahí, diré algo más sobre él. Primero, sobre las virtudes de la materia; después, sobre por qué estamos discutiendo esto y de esta manera; finalmente, sobre mis críticos.
Conviene empezar, no obstante, por aclarar qué no estamos discutiendo. No estamos discutiendo sobre la relevancia del legado cultural de Roma ni de la Antigüedad clásica en general; ni el valor de que los jóvenes conozcan, en mayor o menor medida, ese legado, y la necesidad de que lleguen a hacerlo a través de la escuela; ni del lugar de la Filología Latina, los Estudios Clásicos, etc. en las universidades; ni siquiera sobre la presencia del Latin, en el Bachillerato, como materia optativa. Lo que estamos discutiendo es la obligatoriedad de esa materia, lo cual, es cierto, depende de la valoración global que se haga de la misma, sobre todo de su valor propedéutico. Empecemos, pues, por ahí.
¿Cuáles son las presuntas virtudes del aprendizaje del Latín? Supongo que gente con más interés en ello, más imaginación y más tiempo libre encontrará otras, pero yo voy a limitarme aquí a los argumentos más habituales:
  1. El Latín ayuda a estudiar, comprender y dominar mejor cualquier lengua romance, empezando por el castellano -o español, como quieran-, puesto que es su origen. Completamente cierto, pero la pregunta sería otra: ¿Cómo mejoraremos más el manejo del castellano por los alumnos: con una hora de Latín o con una hora adicional de Lengua Española? La respuesta es obvia.
  2. Estudiando Latín se acerca al alumno a la Antigüedad clásica, que es nuestra tradición cultural, etc. No dudo que sea posible (otra cosa es hasta dónde es real), pero estamos de nuevo ante una respuesta a una pregunta que nadie ha hecho. La pregunta correcta sería: ¿cómo se estudia mejor la Antigüedad clásica: a través del aprendizaje de la lengua latina o a través del estudio de Historia sirviéndose de la lengua vehicular, sea cual sea? Si se tratara de hacer una tesis doctoral, la respuesta sería en Latín, pero si se trata de alcanzar el conocimiento factible en el Bachillerato, debo decir que el aprendizaje de la lengua no es la mejor vía sino todo lo contrario, un rodeo y un obstáculo.
  3. El Latín es esencial para el aprendizaje de la tolerancia, la democracia, el debate público, etc. Este argumento resulta, sencillamente, chocante. Roma fue la República y el foro, sí, pero también el Imperio, la esclavitud y el circo. Y lo que ha traído el latín hasta nuestros días no ha sido Roma, sino la Iglesia, el mayor enemigo organizado de la razón. Si valorásemos las lenguas por lo que se ha hecho en ellas, el latín no tiene precisamente un buen historial, aunque tampoco es su culpa, por supuesto. Simplemente la relación es espuria.
  4. El Latín es una excelente gimnasia intelectual, ayuda a pensar con lógica, etc.. Puede ser que lo haga algo mejor que el castellano, éste algo mejor que el inglés... pero lo dudo, y sería una minucia. Mejor aprender Lógica, Matemáticas o cualquier ciencia directamente. El latín no hace inteligente a nadie, aunque algún profesor de Latín se empeñe en creerlo así (adivinen por qué).
  5. El aprendizaje del Latín requiere una gran disciplina, por lo que ayuda a crear hábitos de trabajo y estudio, etc. No puedo pronunciarme sobre los métodos de enseñanza y aprendizaje del Latín en España porque no los conozco, aunque apuesto a que los hay tan buenos y tan malos como en cualquier otra materia. El latín no exige más rigor que el alemán y sí menos que el Álgebra, la Física, la Microeconomía o el Derecho. Estamos, una vez más, ante un prejuicio feliz del gremio, sin más.

25 may 2011

Recortar el sueldo de los banqueros

¿Debe España recortar los sueldos en la banca como exige Bruselas?
(De Eskup, El País - Política - El Debate - 20/5/2011)

¡Bien! ¡Siempre he querido que me hicieran esa pregunta! :-) Por supuesto que hay que bajarlos y, además, someterlos a fuerte imposición, como otros ingresos astronómicos. Las recompensas económicas diferenciales responden, en el nivel mas bajo, a criterios de justicia y equidad y, en niveles más altos, a incentivos en pos de la eficiencia, la innovación y la creatividad. Pero cuando llegamos a los ingresos de banqueros, gestores de fondos, ejecutivos de las grandes corporaciones, etc., se trata ya de expolio y rapiña. Se asignan a sí mismos y entre ellos sueldos, comisiones, bonos, pensiones, etc. disparatados a costa de la masa salarial, la capitalización de sus empresas y hasta el beneficio de su accionariado disperso, a veces simplemente por su habilidad en reducir plantillas, deducir y desgravar lo inimaginable y mantener en la impotencia a sus accionistas.
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No logro encontrar un solo criterio de justicia que pueda amparar las diferencias de renta y riqueza entre los altos ejecutivos, sobre todo financieros, y los trabajadores ordinarios, incluyendo entre estos últimos desde los operarios hasta la mayor parte de los profesionales, por no hablar de los que ni siquiera logran un empleo. La teoría dice que podemos aceptar esa tremenda injusticia si, no obstante, es beneficiosa para toda la sociedad y/o para los que peor están en ella (el “y/o” encierra otro debate ético y político). Es decir, podemos aceptar su mal reparto si, pese a todo, la tarta crece y lo hace para todos. Pero lo que venimos viendo desde hace dos decenios es que el sistema de incentivos de los grandes decisores corporativos, o sea, los salarios de los ejecutivos, se han convertido en el camino más seguro hacia las crisis, sin que por otra parte pueda comprobarse su papel en el crecimiento.

24 may 2011

Lo que hay que reinventar no es el PSOE, sino la izquierda

En Eskup | El País - Política - El debate - 24/5/2011 

1. ZP debe terminar la legislatura, porque 
a. Así debe ser, pues las locales no son las generales, y 
b. si unas arrastrasen a otras los electores tendrían que votar al mismo partido en todas. 
c. No creo que un adelanto ayude en “los mercados”. 
d. Los argumentos que leo en contra son electoralistas, y así lo vería la ciudadanía. En contraste, creo que el sentido de Estado será entendido a la larga (no sé si en 2012). 

2. ¿Hay que reinventar el PSOE o la izquierda? Creo que lo segundo, aunque su nodo principal es y será el PSOE. 
a. La recuperación de la muy kitsch IU muestra cuánta gente quiere seguir siendo de izquierda, aunque se aleje del PSOE. 
b. Digan lo que digan organizadores y portavoces del #15M, su ethos y su orientación son de izquierda. El PP lo ha entendido. 
c. Hay que buscar sinergias entre izquierda democrática (PSOE), clásica (IU) y emergente (#15M). 
d. Esto requiere nuevos foros: las acampadas y lo que las suceda son uno; las fundaciones de la izquierda podrían ser otros; las redes sociales tienen mucho recorrido por delante.

Disminuye el abandono escolar temprano, pero no hay que echar las campanas al vuelo

El pasado día 20, el Ministerio de Educación hizo pública la noticia de que el abandono escolar en España había descendido casi tres puntos desde el año anterior, del 31.2 al 28.4% (de 2009 a 2010). Los datos proceden de la EPA y en todo caso son, efectivamente, una buena noticia, pero deben ser matizados.
En primer lugar, la definición de abandono escolar (o educativo) temprano (o prematuro) no es única. El concepto de abandono que el MEC maneja en este caso comprende a los jóvenes, entre 18 y 24 años, que no continúan estudiando después de no obtener o de obtener el título de la ESO, es decir, los que quedan después de descontar los que continúan escolarizados, en cualquier nivel que sea, y los que ya han salido del sistema con un título post-obligatorio (bachillerato, CFGM, CFGS o estudios superiores, incluido CINE4) bajo el brazo. Pero el concepto de estricto de abandono se refiere a quienes abandonan el sistema sin llegar a obtener ninguno de estos títulos, aunque lo hayan intentado. Los datos de la Encuesta de Población Activa en que se basa el MEC excluyen del abandono a jóvenes de 18 a 24 años que pueden estar escolarizados todavía en la ESO o que, habiéndose incorporado al Bachillerato o a los CFGM, no los terminarán. Cuando se incluye a éstos, la cifra, lógicamente, sube y se aproxima al cuarenta por ciento. Dicho en breve, no es lo mismo fijarse en los matriculados (como hace ahora el MEC) que en los titulados (como habrá que hacer cuando se tengan las cifras de 2010).
En todo caso, el que maneja el MEC es un indicador válido: hay más alumnos que se quedan a estudiar en 2010 que hubo en 2009. ¿Disminuirán las cifras de abandono estricto -no titulados- en la misma medida que lo han hecho para este concepto suavizado -no matriculados? Probablemente no, o al menos no por ese solo motivo. Probablemente esos que se quedan son los que se habrían ido en otras circunstancias, todavía puede que lo hagan si tienen la ocasión y posiblemente tengan menos ganas de estudiar que sus compañeros, pero, de todas maneras, más matrícula sí se traducirá en más titulación, aunque cabe esperar que en un aumento menor.
Es posible que este repunte sea en buena parte efecto de la elevada tasa de desempleo juvenil, lo que quiere decir también que podría venirse abajo con una recuperación del mercado de trabajo. No hay razón para confiarse, de manera que habrá que seguir con los planes de refuerzo dedicados a combatir fracaso y abandono, y sigue pendiente la tarea de reconsiderar los mecanismos del sistema que están favoreciendo el fracaso (desde la calidad de centros y profesores hasta la repetición, la jornada, la transición a la ESO, más las desigualdades sociales) o el abandono (el bajo prestigio de la formación profesional, la orientación educativa y laboral, la falta de continuidad para los no titulados en ESO... además, claro está, del propio fracaso).
Sigue siendo, no obstante, una buena noticia, aunque le mejor llegó hace unos meses, con la disminución del fracaso en la ESO del 30.7%, tasa máxima que se alcanzó en 2007, al 26% de 2009, una reducción del 4.7%.

23 may 2011

¿Qué análisis se puede hacer de los resultados de las elecciones del 22-M?

Mensaje en Eskup, El País-Política-El Debate 22/5/2011

A mí lo que me llama la atención es la diferente relación de derecha e izquierda con sus partidos y con las elecciones. La derecha está concentrada en un sólo partido (PP, con alguna anécdota provincial), mientras que la izquierda está dispersa (PSOE, UPyD, IU, Verdes..., con alguna coalición). La derecha discute a rabiar sobre sus ideas y sus dirigentes entre elecciones (por ejemplo, cuando sus medios apoyan a Aguirre frente a Rajoy), pero acude en formación a las citas electorales; la izquierda mantiene hoy una actividad mortecina entre elecciones y, cuando llegan éstas, a la fragmentación partidaria se suman los abstencionistas, los del voto en blanco... La derecha vota por encima de la corrupción, y no creo que la aplauda como muchos piensan sino que simplemente vota a su partido y deja a los tribunales la tarea de limpiarlo; la izquierda se retrae tan pronto como se cierne alguna sombra sobre sus candidatos.

20 may 2011

Portugal y España ¿federadas?

Respuesta las preguntas del diario La Región, en torno a los resultados del Barómetro de Opinión Hispano-Luso de 2011.

¿Cree posible incrementar la colaboración a nuevos niveles (Administración, Defensa, Educación, Sanidad…) entre España y Portugal?

Por supuesto, se puede colaborar más en cualquiera de esos campos y en bneficio de ambas partes. Mencionaré dos ámbitos que conozco mejor: la edcación e Iberoamérica. En materia de educación cabrían mecanismos más ágiles de reconocimiento de títulos, ayudas a la ovilidad en educación secundaria y superior, intercambio de profesores e investigadores, etc., así como un mayor impulso al aprendizaje de la otra lengua o una mayor incorporación de elementos de la cultura y la historia del otro. Ante Iberoamérica, España es segndo inversor extranjero en Brasil, pero quien habla su lengua es Portugal, por lo que ambos podrían bneficiarse de una cooperación más estrecha. El veto inicial del gobierno portugués a la adquisición de la participación de Portugal Telecom en la brasileña Vivo por parte de la española Telefónica es un ejemplo de lo que no debiera suceder.

¿Comparte las tesis que defienden una federación de estados entre España y Portugal?
Me encantaría que España pasara a ser un estado federal (y, sin prisa ninguna, una república federal), lo que prácticamente ya es, y que se integrara en el mismo Portugal. Aunque hubiera un periodo inicial de reequilibrio, creo que con ello ganaríamos todos. Pero, si le soy sincero, me preocupan hoy más las tendencias centrífugas cultivadas hoy por los nacionalismos catalán y vasco. En cualquier caso, para mí lo que tine importancia es la ciudadanía, no la identidad, y mientras que ésta se regodea en lo pequeño  en aquélla el tamaño, realmente, importa.
¿Considera que existe en España una corriente favorable a una integración de ambos países?
Eso es lo que dicen inequívoca y repetidamente mente los datos del Barómetro. Por supuesto, si el asunto estuviera realmente en la agenda política el debate cambiaría de naturaleza, las consideraciones serían más numerosas y más complejas y algunos de los que se declaran favorables dejarían de serlo, pero otros, y yo creo que más, harían el trayecto opuesto, pasarían a serlo. Pero la corriente existe y crece: estamos muy cerca, nos parecemos bastante y tenemos ya cierto recorrido juntos. En el caso español, los datos valen la pena aunque sólo sea por el hecho de que muestran que el pensamiento no solamente puede desplazarse del lado de los particularismos y localismos, sino también moverse en dirección a la integración.
¿Qué supondría para ambos países?

Un mercado mayor y, por tanto, con mayor potencial de crecimiento; un espacio de ciudadanía más amplio y, por tanto, con más y mejores oportunidades; y una posición mejor como puente entre Europa e Iberoamérica o Europa y África septentrional. También, desde luego, un camino no exento de dificultades y desafíos.

¿Actúan correctamente los poderes públicos contra las protestas del 15-M?

Posts en Eskup, El País, 18-5-2011

¿Poderes? Del ejecutivo, la policía lo hace de forma exquisita, presente pero prudente. Del legislativo iremos viendo cuánto y cómo han escuchado y anotado los partidos, de los que nadie pretende reacciones relámpago. El judicial, las JE, metieron ayer la pata hasta el fondo, pues las concentraciones no deben ser prohibidas. Una campaña electoral no precisa reducirse a la difusión unilateral de mensajes estereotipados por los candidatos. Lo que DRY y 15M quieren y han puesto en práctica es un ágora en la que se expresen también los electores, como corresponde a la era comunicacional en la que entramos, que es la de internet y ya no la de la tv. No interfieren campaña alguna ni intimidan a nadie sino todo lo contrario: dan voz a quienes no podían ser oídos, cuando algunos partidos huían de las ya escasas preguntas y los medios lo asumían. No se manifiestan ni lo harán en Génova ni en Ferraz, ni ante las Cortes, ni ante Moncloa (como propuso Aguirre), sino en el centro de las ciudades, en Sol, km. 0, escaparate del año nuevo y de mucha historia reciente, convertido en símbolo de la ciudadanía que quieren.
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En las primeras elecciones democráticas (municipales y generales) fue una fórmula habitual que la sociedad civil convocara a los partidos a escuchar sus demandas y presentar y discutir sus propuestas: se hicieron incontables actos sobre política municipal, derechos de las mujeres, universidad, etc., etc., promovidos por asociaciones de cada sector y a los que acudían los candidatos. Eso fue producto de la combinación de un alto grado de movilización social, el de la transición, y una cierta sensibilidad política de los partidos que comenzaban su andadura legal. Con el tiempo, la sociedad civil se ha desmovilizado y los partidos se han burocratizado, desemboando en la invisibilidad de la primera, el monólogo de los segundos y la incomunicación entre ambos. De repente, una combinación de profundo descontento, conciencia de ese divorcio, redes e internet ha estallado en una movilización y un diálogo distintos: horizontales, no jerárquicos, libres del corsé de tener que ser coherentes con teoría o programa ninguno.
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No se me ocurre en qué han podido pensar las Juntas Electorales para prohibir estas concentraciones. Lo mismo les cabe verlas como una forma de presión a los partidos, y prohibirlas, que considerarlas unos actos electorales más, y permitirlas, o podrían haber simplemente pensado que todo lo que no está prohibido, está permitido. Lo que creo es que les han cogido con el paso cambiado porque, simplemente, no estaban en el guión -y quizá también porque los jueces no suelen ser grandes innovadores. Porque no estaba previsto que fuesen los electores quienes hablaran a los candidatos, en vez de asistir al habitual espectáculo de bustos parlantes diciendo a lo suyos lo que quieren oír y esperando enviar píldoras publicitarias a los otros en sincronía con el horario de la señal televisiva. No tenemos ni necesitamos una alternativa al sistema parlamentario (aunque es my mejorable), pero la democracia es más democrática cuando los ciudadanos pueden hacerse ver y oír por sí mismos, cuando en vez de una emisión enlatada y un unilateral se transforma en un ágora viva y plural.

19 may 2011

¿Irá a más el movimiento de indignación ciudadana del 15-M?

Mis posts en Eskup, El País, 17/5/2011

Lo hará, aunque no sepamos a dónde ni por cuánto tiempo. La crisis no tiene perspectivas inmediatas de remitir sensiblemente, por lo que el motivo de fondo seguirá ahí y es grave para todos en general y para los jóvenes en particular. La campaña electoral en curso muestra sin equívocos y precisamente ahora que los partidos tienen poco que ofrecer, sólo más de lo mismo que nos ha traído aquí y nada que pueda ilusionar a quienes protestaban ni a quienes lo vieron con simpatía. La izquierda padece desde hace años, o decenios, a diferencia de la derecha, una notable incapacidad de adaptarse al cambio, de responder a los nuevos retos y oportunidades, y ahora se dividirá entre los paralizados por la prudencia y los que se apuntan a un bombardeo. La jornada fue un éxito, creo, en relación con las expectativas de convocantes y participantes, de modo que su moral muy está alta. Las revueltas árabes, sostenidas contra una dura represión, son un ejemplo moral. Y la movilización en la calle proporciona un sentido a la acción y un sentimiento de comunidad muy superior al aislamiento que sufren el ni-ni o el parado.
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SOBRE LAS REDES. Empecemos por distinguir entre servicios de redes sociales (SRS) y redes sociales. La blogosfera (blogs y Twitter) y los SRS (Facebook, etc.) han sido esenciales. Me enteré por un blog y no me constan carteladas, panfletadas, anuncios en medios, etc. Ha habido una difusión amplia y rápida, viral, de la propuesta, a pesar de que lo más atrás que llega Democracia real Ya (DRY) en Facebook es al 7/3. La cuestión de las redes sociales es más compleja. Hace unos decenios las convocatorias las hacían partidos, sindicatos, alguna que otra coordinadora reconocida, en solitario o en pequeñas coaliciones. En la página de adhesiones a la convocatoria de DRY hay 636 entes reales o virtuales, y tal vez la mitad sean grupos y asociaciones y la otra mitad blogs, webs, etc. Sólo en pequeños subconjuntos guardan parecido o relación. Me enteré por el blog de un autor con el que creo compartir poco, pero por eso fui: no lo habría hecho a una convocatoria de sólo ATTAC, IU, o los libertarios, que allí estaban. Pero esos vínculos débiles, esa diversidad y esa geometría variable son precisamente las redes.

¿Por qué la corrupción no va a pasar factura a los políticos en las próximas elecciones?

Posts en Eskup, El País, 18-5-2011

Hace más de medio siglo, en The moral basis of a backward society, el antropólogo E.C. Banfield describió en una aldea siciliana la actitud que bautizó como familismo amoral, consistente en poner el bien del grupo, en el caso la familia, por encima del bien común, con el corolario de suponer que eso es lo normal y que todos lo hacen. Salvando las distancias, muchos españoles creen que la corrupción en política es lo normal, una plaga inevitable ante la que sólo cabe la descalificación general de ésta (que salpicaba, por cierto, las consignas del reciente movimiento del 15M) o la aceptación de aquélla (como al minimizar la recepción de unos trajes de regalo o la oscura financiación de los partidos). Sin embargo, izquierda y derecha se dividen en este punto, de manera que el gobierno González cayó por la corrupción mientras que el de Camps sale reforzado de ella. Además, el votante de derecha es militante, vota sin dudar a su partido aunque no le guste el candidato, sea por motivos morales o intelectuales; en la izquierda, en cambio, abunda el diletante que se abstiene por cualquiera de los dos motivos.

¿Qué consecuencias traerá Bildu en las instituciones vascas?

Posts en Eskup, El País, 16-5-2011.

Aunque inconsistentes entre sí, hechas cada una a retazos y fuertemente contestadas por las minorías, las sentencias del TS y el TC constituyen mensajes perfectos: Bildu (y Sortu) se quedó fuera por muy poco y entró después por poco, lo que implica que a) serán estrechamente observados, b) tendrán que respetar las reglas y c) en cualquier momento pueden perder lo que han ganado. La democracia debe tratar a Bildu como si todo hubiera cambiado, es decir, como si hubiera roto entera, incondicional y exquisitamente con ETA, mientras no se demuestre lo contrario; y debe tratar a ETA y a los protagonistas de cualquier forma de violencia de baja intensidad como si nada lo hubiera hecho, o sea, como si estuvieran atentando cada día. El efecto político inmediato de la incorporación de Bildu será probablemente la expansión del nacionalismo en las instituciones, pero la pacificación y normalización de la vida política es condición necesaria para apreciar la ciudadanía y moderar las identidades, esto es, para devolver la cordura al debate en y sobre el País Vasco.
Tema:El debate:¿Qué consecuencias traerá Bildu en las instituciones vascas?
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Aunque inconsistentes entre sí, hechas cada una a retazos y fuertemente contestadas por las minorías, las sentencias del TS y el TC constituyen mensajes perfectos: Bildu (y Sortu) se quedó fuera por muy poco y entró después por poco, lo que implica que a) serán estrechamente observados, b) tendrán que respetar las reglas y c) en cualquier momento pueden perder lo que han ganado. La democracia debe tratar a Bildu como si todo hubiera cambiado, es decir, como si hubiera roto entera, incondicional y exquisitamente con ETA, mientras no se demuestre lo contrario; y debe tratar a ETA y a los protagonistas de cualquier forma de violencia de baja intensidad como si nada lo hubiera hecho, o sea, como si estuvieran atentando cada día. El efecto político inmediato de la incorporación de Bildu será probablemente la expansión del nacionalismo en las instituciones, pero la pacificación y normalización de la vida política es condición necesaria para apreciar la ciudadanía y moderar las identidades, esto es, para devolver la cordura al debate en y sobre el País Vasco.

Todo el debate:¿Qué consecuencias traerá Bildu en las instituciones vascas?

18 may 2011




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Tal vez en el futuro llegue la excelencia, pero de momento sólo es un retorno al pasado

Vivimos en una era de cambio acelerado, un mundo desbocado (Giddens), una economía de la innovación (Romer, Freeman). Por eso, aunque no sólo por eso, tiene tanta importancia la educación, que debe capacitar a todos para seguir, adaptarse y responder activamente al cambio. Por eso, además, son tan importantes los innovadores y los que prometen serlo. Por eso las sociedades deben cuidar no sólo de sus sistemas escolares y del conjunto de sus estudiantes, sino en particular de sus instituciones educativas de excelencia y sus estudiantes más destacados. Por eso hay que prestar atencion especial a los estudiantes de altas capaciades, superdotados, con sobredotación intelectual o como queremos denominarlos. Eso es lo que daría sentido a experimentar con un bachillerato de excelencia, de verdadera excelencia, como incialmente propuso la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid.
Si el contexto es el cambio y el norte es la innovación, parecería lógico que el centro, el proyecto, el claustro y la dirección se distinguieran por apuntar en ese sentido, por situarse, aunque sólo fuera en los términos de la enseñanza secundaria -que no es ni puede ser un laboratorio de investigación científica-, tan cerca como fuera posible de la ciencia más puntera y el pensamiento más innovador. Era difícil adivinar que la CAM iba a poner al frente del San Mateo y del futuro bachillerato de excelencia ¡a un catedrático de latín! Ya sé que los profesores de latín se indignarán por lo que escribo, que se puede ser un dinosaurio especialista en neurociencias o un latinista de vanguardia (aunque, la verdad, ignoro en qué podría consistir esto). Pero la señal parece, en todo caso inadecuada.
Inadecuada pero fidedigna. El flamante director del IES de excelencia declaró ya el día de su presentación en sociedad: "Tengo la oportunidad de participar en un bachillerato a la antigua usanza." ¡Acabáramos! Madrid se prepara para la sociedad de la información y la economía del conocimiento... con un bachillerato ¡a la antigua usanza! ¿Cómo de antigua la quiere el profesor Silvestre? ¿La de antes de la LOGSE? ¿La de antes de la democracia? ¿La de antes de la LGE? ¿Realmente puede pensar alguien que con aquellas usanzas llegaríamos hoy a algún sitio? ¿Será la de la Roma antigua?
Por si fuera poco, Silvestre añadió: "No es una enseñanza simplemente dedicada a entretener a los alumnos." Supongo que esto es lo que, según él, hacen los centros, los directores, los profesores y los alumnos no excelentes. Aparte de carecer de fundamento, esta declaración es un insulto al sistema educativo, a la ley, a la profesión docente y al alumnado de cuyos derechos y obligaciones él vive.
La Consejería de Educación anunció el experimento de un bachillerato de excelencia; la Presidencia de la Comunidad lo transformó después en la vía separada y ampliada de un bachillerato de exigencia; el Director de lo que finalmente vaya a ser eso lo convierte ahora en un retorno al pasado en el que, al parecer, él fue o habría sido feliz.

17 may 2011

Si la vía a la excelencia es el Latín, la hemos fastidiado

Las malas noticias sobre el bachillerato de excelencia se suceden.
Los alumnos de la modalidad de Ciencias y Tecnología tendrán que cursar obligatoriamente Matemáticas y Física. Puedo entender lo de las Matemáticas, un saber instrumental necesario en cualquier rama de la ciencia y en el que suelen flojear quienes no se dedican a él, pero no lo de la Física, pues no alcanzo a comprender en qué es más recomendable que la Biología, por ejemplo. De hecho, la ciencia del futuro es más ésta que aquélla, y el paradigma científico actual tiene más que ver con ella que con cualquier otra cosa. No obstante, no tengo la menor duda de que el aprendizaje de la Física tendrá un gran valor para cualquier estudiante.
Pero, cuando pasamos a la modalidad de Humanidades y Ciencias Sociales, la excelencia se manifiesta, de momento, en que los alumnos habrán de estudiar obligatoriamente Latín. No esperaba semejante sandez. Aunque llevo decenios oyendo y leyendo los argumentos de la SEEC y de legiones de profesores y estudiantes de latín, nunca he podido tomarme en serio su pretensión de que éste es necesario para dominar la lengua castellana (o cualquier otra romance), para recuperar el legado clásico, para educar en la tolerancia o como centro de las humanidades, etc. Dudaría de su inteligencia si no comprendiera que, al fin y al cabo, están luchando por sus puestos de trabajo, presentes y futuros.
Las humanidades de hoy se llaman, como siempre, Literatura, Historia, Geografía, Arte... y también Derecho, Economía, Sociología, Antropología, Comunicación..., pero en ningún caso Latín, ni Griego. Estos son objetos de estudio muy respetables para la Universidad (y para los seminarios diocesanos); incluso, forzando las cosas, como materias optativas a sus puertas, por tanto en el Bachillerato, pero es un disparate y un dispendio convertirlas materias obligatorias.
El gran juez Oliver Wendell Holmes escribió una vez: "Lo que distingue a un caballero no es saber latín, sino haberlo olvidado." Yo añadiría que, dejarlo de lado, es parte de lo que debería distinguir a un buen sistema educativo (preuniversitario, por supuesto).

15 may 2011

15M - Una movilización distinta y abierta

No sé contar manifestantes ni me voy a tomar el trabajo de hacerlo, pero puedo atestiguar que hoy, en Madrid, la calle Alcalá estaba llena desde la Cibeles, glorieta incluida, hasta casi la Puerta del Sol, a treinta o cuarenta metros de la cual se hallaba el camión de cabeza cuando me fui. Hace tiempo que dejé de ir regularmente a la manifestación del 1º de Mayo pero lo he hecho, recientemente, un par de veces y no había tanta gente, desde luego no había más. Espero que lo sindicatos y los partidos de izquierda, al menos, tomen nota de ello. A mí, ciertamente, me ha impresionado (en Twitter: @enguita he colgado unas cuantas fotografías, todas con el hash #15mani).
No sé decir qué es lo que proponían los manifestantes, ni yo mismo. Desde luego, no quieren seguir como están: sin empleo, sin seguridad, sin oportunidades y, aparentemente, sin futuro. No aceptan verse así mientras leen sobre los astronómicos beneficios, bonus, pensiones y demás de los altos ejecutivos de bancos y corporaciones. No pueden entender, o entienden perfectamente, que los mismos estados que rescatan a la banca restrinjan la oferta de empleo público cuando más se necesita.
No quiero decir con esto que tengan la solución, ni que la crisis sea fácilmente evitable. Ni de lejos suscribo las banalidades que oigo, en la manifestación o fuera de ella, sobre la "revolución islandesa", la "lucha de los griegos y portugueses", etc. Creo que la crisis de la deuda es real, que no se puede dejar caer a la banca, que el sector púbilco debe tener un balance más saneado, que el mercado de trabajo debe ser más flexible, etc. Creo que el mercado es la base menos mala posible para la economía y que el capitalismo es inevitable en una sociedad industrial. Pero de ahí a entregar la economía y la sociedad a un puñado de banqueros, inversores y especuladores hay un largo trecho, el que media entre un Estado activo, representativo y consciente de los intereses de la ciudadanía y un Estado inhibido, cohibido o, peor, sumiso o al servicio del capital, o entre un mercado regulado y compensado cuando haga falta y un mercado salvaje y autodestructivo.
Seguramente sería difícil poner de acuerdo en algo a quienes han acudido hoy a la manifestación. Seguramente estaban entre ellos los que se apuntan a un bombardeo sin saber por qué. Pero su malestar está más que justificado, su indignación y sus ganas de cambiar esta situación afloran con claridad y dependerá de su capacidad de autoorganización y de la respuesta del sistema político (parlamento, gobierno, partidos, sindicatos...) que es impulso vaya en una dirección u otra.
De momento, el éxito de las manifestaciones muestra no sólo el descontento generalizado o la disposición a la protesta, sino también la capacidad de movilización y organización de las redes sociales. Sin duda estamos asistiendo a una transformación del escenario político. Veremos qué nos trae el futuro próximo.

14 may 2011

El "bachillerato de excelencia": preguntas y respuestas

Isabel Velloso, periodista, me pregunta sobre el bachillerato de excelencia propuesto por el gobierno de la Comunidad de Madrid, Hoy sale su artículo en el diario El Mundo. Aquí van las preguntas y respuestas completas. Ya habia hablado de esto en un post anterior.



Si no he entendido mal ¿considera acertada la propuesta de un centro de excelencia, con cuatro grupos, y no la de aulas de excelencia en los institutos?
Considero aceptable la propuesta de aulas o centros de excelencia cuando realmente hay tal, y la RAE la define como la "superior calidad o bondad que hace digno de singular aprecio y estimación algo". Si pasamos de los excelentes a los que simplemente se sitúan por encima de la media, en el nivel de notable, etc., entonces ya no es excelencia sino doble vía y, sí, segregación.
¿La creación de un centro de excelencia no es una iniciativa segregadora?
Separar a una parte de los alumnos tiene sus inconvenientes, pero someterlos a unas condiciones de enseñanza y aprendizaje muy por debajo de sus capacidades y disposiciones también: por eso hay que buscar el equilibrio, o el punto de inflexión. Si consideramos que ellos pueden ganar más que lo que ellos y los otros puede perder, hay que probar. Por eso debe quedar claro que la excelencia no es simplemente un nivel académico un poco más alto.
Los alumnos potenciales en Madrid para aspirar a ese Instituto San Mateo son unos 3.000 entre un alumnado de unos 45.500 ballicheres del primer año ¿Es la respuesta acertada para fomentar la excelencia?
La cuestión no es cuántos son, sino si efectivamente se sitúan muy por encima de donde está el grueso de sus compañeros. Probablemente de esos tres mil no tenga sentido separar más que a una minoría.
¿No debería fomentarse la excelencia desde la Primaria ? ¿No deberían adoptarse otro tipo de medidas como motivación del profesorado tanto desde el punto de vista económico como el restablecer su autoridad?
Teóricamente eso ya debería estar ocurriendo desde hace más de dos decenios, a través de la diversificación y las adaptaciones curriculares, y no ha sido así: por eso no hay que cerrarse en banda ante otras vías. Y lo que hay que fomentar desde primaria es la calidad, para todos.
Si se crean aulas en los institutos públicos de excelencia ¿qué pasará con los alumnos del montón, los de notas de cinco a siete? ¿Se corre el riesgo de perder el empuje de los excelentes y se acomoden hacia el alumnado de apoyo, diversificación o inmigración?
Insisto en que habrá "montón" si hay doble vía, no si se separa a un pequeño grupo excepcional. En cuanto al efecto de los buenos alumnos sobre los no tan buenos, la evidencia es ambigua: por un lado ganan con su influencia, que puede ser estimulante; por otro pierden con el contraste, que puede ser frustrante.
Es cierto que la propuesta de Aguirre pone en el centro del debate el olvido hacia los alumnos excelentes pero el siguiente debate ¿no será sobre el olvido del montón?

Espero y deseo que no sea así, y espero que no dependa sólo de Aguirre. El problema, hoy por hoy, no es si se discute de los excelentes o los del montón, sino si se discute sobre la calidad de la educación o sobre la jubilación anticipada, la autoridad del profesor, etc., sobre todo en los claustros y en las organizaciones profesionales.
En el caso del idioma, los centros dividen al alumnado por niveles, lo que permite impartir mejor las clases y la mejora de conocimiento de los alumnos pero cuando llegan a Bachillerato, el inglés puntúa: ¿no es injusto para los excelentes? Un 8 merecido en un nivel bajo no es igual a un 8 merecido en el nivel alto. ¿Los bachilleres excelentes que necesitan una determinada nota para poder ingresar en la carrera escogida no se verán penalizados en aulas de excelencia?
La injusticias, efectivamente, no sólo ocurren cuando no damos a un alumno, en la enseñanza obligatoria, los recursos adicionales que tal vez necesita, sino también cuando cercenamos las posibilidades de otro que no los necesita: eso es lo importante. Por lo demás, los alumnos deberían ser evaluados en todos los centros y territorios por un cirterio único, aunque esto se lleva mal con el hecho de que España sea el único país en el que durante toda la primaria y la secundaria no hay ninguna intervención de órganos externos en la evaluación, o sea, que depende exclusivamente de sus profesores.
El debate sobre la Educación surge siempre en campañas electorales y, generalmente, suele quedarse en papel mojado: centro de enseñanza en catalán, ordenadores para 5º de primaria, centros de excelencia... con lo que parece confirmarse que a ninguno de los principales partidos les interesa realmente la Educación ni, por tanto, el futuro del país.
Lamentablemente, la educación es instrumentalizada en la batalla política: todos lo hacen, pero el PP, como también a veces  los nacionalistas, se distingue por su deslealtad institucional. Estaría bien que nos ahorraran espectáculos como Educación para la Ciudadanía en inglés, los pseudodebates sobre las pantallas de ordenador y la vista, etc. Pero con el tema de la excelencia han hundido el diente en un problema real.
¿No necesitan también estos alumnos excelentes convivir con todo tipo de alumnado para el aprendizaje de la convivencia y cohesión social?
Sin duda habría de acompañarse la medida de un sobreesfuerzo compensatorio: recordarles que están recibiendo una educación pública, que contraen una deuda mayor que otros con la sociedad, propiciar que participen en actividades con otros grupos y centros, etc. Se llevaría mal ese tratamiento especial, por ejemplo, con la permanente objeción del PP a Educación para la Ciudadanía.
¿No es más razonable pagar más al profesorado de centros con toda suerte de integración, inmigración, apoyo, etc que pagar más a un profesorado con un alumnado ávido de aprender?
Hay todavía recorrido para mejorar las condiciones de trabajo, salario y reconocimiento simbólico del profesorado, pero deberían vincularse en todo caso a un mejor trabajo, sea donde sea. Y sí, creo que es más importante incentivar el trabajo con grupos en riesgo de exclusión, en la formación profesional, en la innovación, etc. Pero también cabría hacerlo con estos profesores si se les va a requerir un trabajo efectivamente mayor o más intenso.

12 may 2011

Manifiesto para un mundo mejor

Ante la crisis presente, un grupo de sociólogos portugueses y más promueve un Manifiesto Para Un Mundo Mejor | Puede leerse en castellano en el enlace: http://t.co/vvvY9HY.

Se ha reproducido íntegro en el diario portugués Público.

11 may 2011

Bildu, el insignificante etarra y el previsible circo pepero

Guste o no guste, desde el momento en que la corriente abertzale ha optado por la vía pacífica para la defensa de su programa, tenía que llegar el momento en que Bildu, u otra formación que la suceda, será legalizada incorporando a sus filas a quienes ayer fueron terroristas o defensores de los terroristas y, probablemente, recogiendo el voto de quienes todavía lo sean.
Eso es lo que queríamos, ¿no? Queríamos que abandonaran el terrorismo, la lucha armada, y aceptaran la democracia y sus límites, y es lo que han hecho, hasta el momento de forma casi impecable. Pretender que tengan que hacere más méritos que cualquier otro partido para poder actuar legalmente sería muy poco democrático y, por lo demás, bastante inútil.
Salvo que se descubra que el PP pretende excluir para siempre de la vida política a cualquiera que en algún momento haya apoyado al terrorismo, al igual que en las democracias populares se excluía del voto o de la universidad a los hijos de la burguesía. Pero el PP no quiere eso, que sería una sandez, sino simplemente hacer el máximo ruido en campaña para movilizar a todo el electorado de la derecha, incluida la extrema derecha.
Dentro de unos dias asistiremos de nuevo al lamentable espectáculo de las víctimas, o más exactamente de la AVT, haciendo de mamporreros del PP al grito de "Ante la traición a España, ETA fuera de las elecciones". Donde dice ETA quiere decir Bildu y donde dice traición quiere decir socialista, pero ya estamos acostumbrados a la retórica del histriónico Alcaraz.
El TC ha sicho por mayoría que pueden concurrir a las elecciones, aunque cinco de sus once integrantes han hecho constar que no están de acuerdo. Pero también cuando el TS dijo que no podían hubo otros cinco que hicieron constar que debería poder. Las decisiones son irrecusables, salvo que la del TC prevalece sobre la del TS, y ambas dicen lo mismo: Bildu está a medio camino y debe saber que podría perder lo que ha conseguido, lo mismo que antes se le hizo saber que podría obtener lo que se le habia negado.
Hoy, lo cierto es esto:
1. El Tribunal Constitucional tenía la última palabra, y la ha dicho: Bildu es legal, por el momento.
2. Que un miserable etarra despliegue, el día que sale de prisión, una pancartilla pidiendo el voto para Bildu, no debe tener más consecuencias que si lo hubiera pedido para el PP.
3. Que las esté teniendo, particularmente en el discurso de la segunda línea del PP (todos excepto el todavía silencioso Rajoy) y su círculo mediático, sólo indica que hasta un pobre imbécil como ése sabe cuán previsibles son éstos y cuán débiles e instrumentales sus convicciones democráticas.
En fin, una pena pero de ninguna manera una sorpresa.

7 may 2011

Demasiados enemigos de la libertad de expresión

La prestigiosa CUNY (City University of New York) acaba de meter la pata hasta el fondo. La propuesta de conoceder un título honorífico al dramaturgo Toni Kushner, autor de obras de gran éxito e impacto como Angels in America (en torno al SIDA, y que le valió el premio Pulitzer), ha sido rechazada por la oposición de Jeffrey Wiesenfeld, uno de sus administradores. El motivo es que Kushner, muy crítico con la política exterior  del estado de Israel, había comparado la expulsión de los palestinos en el momento de su creación con una limpieza étnica. Kushner, que ya había sido blanco de las iras del sionismo dogmático por el guión de Munich, el film de Spielberg al que el lobby judío-norteamericano acusó de equiparar el antiterrorismo israelí con el terrorismo palestino, es, por cierto, judío él mismo y defiende la existencia del estado israelí, pero critica su política hacia Palestina y los árabes. La decisión de la CUNY ha provocado, de momento, que renuciaran a sus títulos honorarios algunos anteriores premiados como la activista y socióloga Barbara Ehrenreich, el premio Pulitzer de novela Michael Cunningham y la historiadora del maccarthismo Ellen Schrecker. Wiesenfeld arrastra un largo expediente de acusaciones de racismo. Benno Schmidt, presidente del consejo de administradores de la CUNY, ha pedido que se revise la decisión. Aunque sería mejor que nunca hubiera sucedido, confiemos en que rectifiquen y aprendamos algo del asunto.
No hace mucho tuvo lugar un incidente distinto, pero con elementos comunes, en Argentina. La invitación a Mario Vargas Llosa a inaugurar la Feria del Libro de Buenos Aires dio lugar a una carta colectiva promovida por el director de la Biblioteca Nacional, Horacio González, profesor de la UBA, sociólogo y kirchnerista. Pretendían que se revocara la invitación, o boicotear el acto, por el alineamiento político liberal del premio Nobel y su posición crítica hacia los gobiernos de corte populista en Latinoamérica, empezando por los de los Kirchner. Por supuesto, todo envuelto en una combinación de reconocimiento de la literatura del novelista peruano con una condena de su activismo político... pero se trataba de inaugurar la Feria del Libro, no un congreso justicialista. En este caso, la reacción de la presidenta Cristina Fernández fue rápida y acertada, llamando a capítulo a sus airados partidarios y garantizando la presencia del nóbel, que hizo un discurso sobre La libertad y los libros, brillante como siempre y dedicado a la literatura, que era el tema, pero sin rehuir su compromiso, aunque esté orientado por ideas que no es obligado compartir.
No hay que hacer mucho esfuerzo para recordar casos parecidos por aquí. Por ejemplo, la brutal ofensiva de la Comunidad de Madrid contra el rector saliente de la Universidad Complutense por la celebración en ella de un acto de apoyo al juez Garzón (ya saben: Garzón el del caso Gurtel, Gurtel el caso del PP). En el otro extremo del arco podríamos situar los repetidos incidentes protagonizados por estudiantes universitarios más o menos iluminados, autoproclamados progresistas o revolucionarios y empeñados en no permitir hablar en público a personajes tan diversos como J.M. Aznar, Rouco, Rosa Díez, Feijóo, Ibarretxe o Savater.
Trátese de sionistas, peronistas o altermundistas; de estudiantes, burócratas o lobbistas; de demócratas norteamericanos, conservadores o radicales españoles, populistas sudamericanos... el hilo conductor es siempre el mismo: la falta de compromiso con la libertad y la disposición a emplear la razón de la fuerza cuando no se confía en la fuerza de la razón. Indignante.

5 may 2011

Obama frente a Osama: ¡no lo ha hecho nada mal!

Me fastidia un poco la cantidad de gente que veo con ganas de aprovechar la oportunidad de mostrar su superioridad moral ante la liquidación de Bin Laden por los SEALs, como si ellos tuvieran mejores soluciones. Por supuesto que habría sido más ortodoxo, y en cierto sentido ejemplar, llevarlo a juicio (aunque en los EEUU podría haber acabado ejecutado). Pero, mientras no aparezca información fidedigna que lo desmienta, no sé si por ingenuidad o por estar saturado de teorías conspirativas y moralinas fáciles, quiero creer lo siguiente:
  1. EEUU hizo bien en lanzar la operación sin advertir a Pakistán, cuya actitud ante Al Qaeda, y sobre todo la de sus servicios secretos, ha sido siempre dudosa. Tanto más tratándose de una vivienda situada en una colonia habitada por militares, junto a una academia y una base militares, lo que no auguraba nada bueno.
  2. Los comandos, sean los SEALs u otros, están preparados para la guerra, no para acciones policiales. Encomendarles una operación así (como cuando, por el motivo que sea, intervienen en tareas de orden público), es elevar al riesgo de enfrentamiento, daños, víctimas, etc., pero no se me ocurre cómo podría haberse encomendado a agentes de policía, ni estoy seguro de que hubiera resultado mejor.
  3. A un comando que se inflitra en otro país, por la noche, en zona cuasi militar, en una casa que tiene algo de fortaleza, sin saber qué va a encontrar, que pierde uno de sus dos helicópteros y que persigue al terrorista más buscado y sangriendo del mundo... no se le pueden pedir filigranas. Esperemos la versión completa, pero puede haber mil motivos para disparar distintos de una ejecución a sangre fría.
  4. No creo que esperar a los paquistaníes, detener allí a Bin Laden, entregarles el cadáver, etc., hubiera traído otra cosa que disturbios fundamentalistas en Paquistán, más muertos, cesiones del gobierno, confusión general, atentados masivos y sangrientos para exigir su liberación o su cuerpo...
  5. No me parece mal que no publiquen fotos del cadáver. Primero, por tradición y al contrario que aqui, no suelen hacerlo (no lo han hecho, por ejemplo, con los cadáveres del 11-S). Segundo, no probarían nada en la era del Photoshop. Tercero, herirían muchas sensibilidades, y no creo que sea una buena idea abrir la vía a que se impriman en camisetas, sea por Al Zawahiri o por Terry Jones.
  6. A diferencia del tertuliano, que puede proclamar cada día sus principios, o cada día unos distintos, y no tiene ni que aplicarlos, el político tiene que tener en cuenta no sólo sus principios, sino tambén las consecuencias previsibles de sus acciones. Los clásicos expresaron esa contradicción en el lema fiat iustitia et pereat mundi (hágase justicia y que se hunda el mundo), o ruat caelum (y que caigan los cielos) que equivale a decir que se aplique la ley sin importar las consecuencias.Weber ya explicó -nota para sociólogos- que el político debe unir a la ética de los principios la ética de la responsabilidad.
Esto no tiene nada que ver con Guantánamo. Algunos columnistas norteamericanos conservadores han aprovechado, a falta de otro tema, para reclamar que Obama pida disculpas a la CIA, sobre el supuesto de que la información que condujo a Osama vendría de las "técnicas de interrogatorio mejoradas" empleadas en ese pequeño campo de concentración a instancia de Bush, Rumsfeld y otros. Incluso sin entrar en la inmoralidad de la tortura (hay una diferencia entre disparar contra el instigador confeso del 11-S, el 11-M, Bali y más, y encarcelar indefinidamente y torturar a cientos de sospechosos), y pensando solamente en su supuesta eficacia, no es así. Primero, nada garantiza que sea verdad y no una simple afirmación oportunista. Segundo, nada permite pensar que no se habría obtenido antes y mejor sin esas técnicas, que más bien cosechan falsas confesiones. Tercero, se sabe que hubo otras pistas. Joseba Arregi me dijo una vez que la Guardia Civil empezó a obtener éxitos contra ETA cuando dejó de practicar la intimidación y la tortura en Intxaurrondo para apostar por los métodos de inteligencia, y creo que tenái razón.
No soy ninguna autoridad en la materia, pero me quedo muy a gusto diciendo lo que pienso.