- EEUU hizo bien en lanzar la operación sin advertir a Pakistán, cuya actitud ante Al Qaeda, y sobre todo la de sus servicios secretos, ha sido siempre dudosa. Tanto más tratándose de una vivienda situada en una colonia habitada por militares, junto a una academia y una base militares, lo que no auguraba nada bueno.
- Los comandos, sean los SEALs u otros, están preparados para la guerra, no para acciones policiales. Encomendarles una operación así (como cuando, por el motivo que sea, intervienen en tareas de orden público), es elevar al riesgo de enfrentamiento, daños, víctimas, etc., pero no se me ocurre cómo podría haberse encomendado a agentes de policía, ni estoy seguro de que hubiera resultado mejor.
- A un comando que se inflitra en otro país, por la noche, en zona cuasi militar, en una casa que tiene algo de fortaleza, sin saber qué va a encontrar, que pierde uno de sus dos helicópteros y que persigue al terrorista más buscado y sangriendo del mundo... no se le pueden pedir filigranas. Esperemos la versión completa, pero puede haber mil motivos para disparar distintos de una ejecución a sangre fría.
- No creo que esperar a los paquistaníes, detener allí a Bin Laden, entregarles el cadáver, etc., hubiera traído otra cosa que disturbios fundamentalistas en Paquistán, más muertos, cesiones del gobierno, confusión general, atentados masivos y sangrientos para exigir su liberación o su cuerpo...
- No me parece mal que no publiquen fotos del cadáver. Primero, por tradición y al contrario que aqui, no suelen hacerlo (no lo han hecho, por ejemplo, con los cadáveres del 11-S). Segundo, no probarían nada en la era del Photoshop. Tercero, herirían muchas sensibilidades, y no creo que sea una buena idea abrir la vía a que se impriman en camisetas, sea por Al Zawahiri o por Terry Jones.
- A diferencia del tertuliano, que puede proclamar cada día sus principios, o cada día unos distintos, y no tiene ni que aplicarlos, el político tiene que tener en cuenta no sólo sus principios, sino tambén las consecuencias previsibles de sus acciones. Los clásicos expresaron esa contradicción en el lema fiat iustitia et pereat mundi (hágase justicia y que se hunda el mundo), o ruat caelum (y que caigan los cielos) que equivale a decir que se aplique la ley sin importar las consecuencias.Weber ya explicó -nota para sociólogos- que el político debe unir a la ética de los principios la ética de la responsabilidad.
No soy ninguna autoridad en la materia, pero me quedo muy a gusto diciendo lo que pienso.
Uf!, Mariano. Qué quieres que te diga. Mejor no digo nada en esta ocasión.
ResponderEliminarMariano, ¿no te parece que ha sido un acto de venganza -como tal, eficazmente ejecutado, eso sí- que un acto de justicia?
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