Pero hoy no quería hablar de esto, sino de la Universidad. A raíz de la citada entrada me ha llegado algún twit y correo electrónico, bien preguntando por los profesores universitarios, bien aventurando que esos estarían (estaríamos) mejor todavía. Como profesor universitario que hablo a menudo de, a y con profesores no universitarios, y que nunca lo he hecho para halagarles el oído (cosa demasiado común), de vez en cuando me he encontrado con reacciones del tipo "Y tú más" (por ejemplo, tú ganas más dinero) o del tipo "Y tú menos" (por ejemplo, tú trabajas menos). Es fácil mostrar en ambos casos que no es así sino al revés, lo que tampoco considero ni un mérito ni una condena, pero hoy sólo quiero presentar estos datos sobre salarios. Como supongo que esa es la idea espontánea (que los profesores universitarios disfrutamos de las mismas o mayores ventajas salariales), no está de más mostrar aquí y ahora que no es el caso, aunque solamente sea propter veritatem, en aras de la verdad, y no vaya seguido por un discurso de las lamentaciones (lo siento por quienes se hubieran ilusionado por el título: era un anzuelo).
Los datos proceden del informe de CARSA para la Comisión Europea, Remuneration of researchers in the public and private sectors (p. 43: yo me he limitado a ordenarlos y darles forma de gráfico, para hacer su lectura más intuitiva). Se trata de salarios en euros ajustados al Producto Interior Bruto, es decir, que nos indican para lo que vale (lo que compra) ese salario en ese mismo país, que es, vuelvo a decirlo, la manera correcta de comparar (y no ir a los salarios nominales). Como puede verse, el salario español (34.908€/año) está sensiblemente por debajo tanto de la media no ponderada (37.168€, y dado que somos una población media-grande, estaríamos peor en relación con la media ponderada) como de la mediana (36.201€). (Preguntaré a mi sindicato, por qué lo hacen tan bien en unos sitios y tan mal en otros.) El profesor universitario, ciertamente, tiene un salario superior al del profesor de secundaria o el maestro, pero esto es simplemente porque, en media, tiene una formación más larga y una cualificación más elevada que estos colectivos, lo mismo que sucedería si se comparase a estos con los instructores de autoescuela o los monitores de aerobic. Lo que nos da realmente una comparación del trato que reciben en una sociedad no es cómo se comparan en ella con otros colectivos, sino cómo se comparan sus posiciones relativas en las distintas sociedades.
Otra aproximación consiste en comparar la posición internacional de nuestros salarios con la posición internacional de nuestro producto interior bruto. Eso es más o menos lo que se hace en el segundo gráfico (no entraré en las technicalities), en el que la primera variable está en el eje vertical y la segunda en el horizontal. Los datos corresponden a 2006, proceden de un trabajo de Ramón Marimón y el gráfico está tomado del Academic Careers Observatory (ACO) del European University Institute, disponible aquí.
Una lectura intuitiva y simplificada es que, si el punto que representa a tu país está justo en la recta, significa que comparte estrictamente la apreciación media del conjunto de países por la investigación. Si la aprecia algo o mucho más la pagará algo o mucho mejor en comparación con el conjunto y el punto-país se situará en algún lugar del triángulo situado encima de la recta, algo o muy por encima de esta; y viceversa, claro está. Como puede verse, Japón, por ejemplo, apuesta fuertemente por la investigación (siempre lo han hecho, en parte por carecer de recursos naturales y en parte porque les ha resultado manifiestamente bien), y por eso se distancia al máximo de la recta en esa dirección, mientras que en Italia sucede exactamente lo contrario. España, por su parte, se sitúa ligeramente por debajo de la recta, lo que significa que, en términos relativos, descuida ligeramente la investigación.
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