Sistemas de aprendizaje híbridos. También llamados mixtos o blended son fórmulas que sustituyen en parte considerable el aprendizaje y la enseñanza presenciales por fórmulas a distancia, en línea, etc. En España son poco frecuentes, peroabundan en los Estados Unidos, donde hay una larga tradición de homeschooling y escuelas alternativas, así como de integración de la enseñanza a distancia en la propia escuela, y abundan ahora entre las charter schools, escuelas concertadas que gozan de mayor libertad respecto de las autoridades locales y estatales y tienen más vocación experimental. Puedo recomendar dos fuentes. Una, menos conocida, son las llamadas nonclassroom-based, que combinan la clase con homeschooling, el estudio independiente o la enseñanza en línea, como explica este paper (sólo cap. 2) de la RAND (y más, pero disperso, aquí). Otra, más popular, es el trabajo de Clayton Christensen (el gurú de a innovación disruptiva) y sus colaboradores Michael Horn y Heather Staker, que presenta como formas alternativas distintas combinaciones de enseñanza presencial y a distancia en particular este librito gratis, este libro más amplio y este otro y de pago que cataloga y explica decenas de ejemplos, así como esta web y esta otra que explican los modelos de educación híbrida (todo en inglés, claro, pero aquí hay una web que resume algo en español). Se explican y ejemplifican los modelos basado cara a cara, de rotación en laboratorio, por estaciones o individual, virtual enriquecido, de aula inversa, autocombinado, flexible, basado en línea..., y si bien la terminología varía ligeramente de una fuente a otra y puede resultar a veces confusa, expresa muy bien la idea, la variedad y la realidad de lo que son y pueden ser distintas variantes de la enseñanza híbrida.
A nadie se le oculta la dificultad de diseñar y aplicar planes de contingencia para el retorno a la escuela, con medios y entornos, públicos y plantillas, tan diversos como resultan en los centros, y. en una situación tan cambiante e incierta. Tampoco llegamos armados de la mejor cultura en una institución y una profesión formadas en la idea de la homogeneidad (el aula, el programa, el libro de texto, el baremo en la evaluación, un igualitarismo pobremente entendido…). Y no ayudan mucho las administraciones, una por falta de competencias, otras por pura incompetencia y no pocas por preocuparse sólo de la competición, entregadas al autismo habitual. Sólo destaca, como referente, la de la Comunidad Valenciana, de la que todas podrían ahora aprender.
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Pero la pelota está inevitablemente en el tejado de los centros, como en otros ámbitos lo está en cada empresa, cada establecimiento público o cada hogar. La pandemia ha decretado que los grupos escolares son demasiado grandes y los espacios demasiado pequeños, y la crisis y el sentido común hacen sencillamente disparatada la idea de poder responder con el simple aumento de recursos (aunque lo haya y contribuya). Esto obliga a pensar nuevas fórmulas, muchas o todas ellas ya experimentadas o vigentes en algún momento y lugar, pero en todo caso desconocidas para la mayoría e inciertas y novedosas para casi todos.
Antes de las respuestas más o menos elaboradas e ingeniosas que se están diseñando ahora con urgencia, de las que dan alguna cuenta prensa y medios y que debería ocuparse de detectar, apoyar y difundir los cuerpos de inspección, las administraciones educativas de todos los niveles y las organizaciones y redes profesionales, ha habido, al menos, tres formas de experimentación con los espacios que deben se conocidas y. pueden servir de inspiración.
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Entornos de aprendizaje innovadores. Con este nombre, en inglés original (innovative learning environments, o ILEs), como nuevos espacios de aprendizaje, aulas del futuro o, como yo mismo las he denominado, hiperaulas, se han creado espacios y diseñado usos para los mismos que, aunque no estaban destinadas en modo alguno a mantener a raya la densidad o concentración del alumnado, sí han dado lugar a distintas formas de agrupamiento flexible, actividad colaborativa, aprendizaje en línea, etc., que pueden contribuir a hacerlo. En general pueden ser inspiradoras para el uso diversificado de espacios más amplios y abiertos que las aulas habituales, tales como comedores, gimnasios, halls, etc. Sin ninguna pretensión de exhaustividad he registrado un buen número de ellos en mi web, a través de las cuales se puede llegar a las de los centros que pueden servirnos de ejemplo.
Educación al aire libre. En fin, dado que el problema es la proximidad y en ella,aparte del contacto directo e indirecto, la transmisión aérea, está fuera de duda que las actividades al aire libre serán otra opción muy relevante. No sé nada de esto, pero sí quiero mencionar tres cosas: primera, que si las actividades extramurales de los centros han venido reduciéndose en muchos casos por los riesgos legales para los profesores, ahora los riesgos dentro son más reales y graves para alumnos y profesores; segunda, que hay una larga tradición de actividades al aire libre, desde las simples salidas, pasando por los campamentos y granjas, hasta la open air school del pasado siglo; tercera, que como bien saben en las escuelas escandinavas, no hay tanto temperaturas bajas como indumentarias inadecuadas.
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