Con ocasión del pasado Congreso Innova,
en el grupo de “Innovación y TIC” pudimos conocer una experiencia, Dilluns Poètics (DP), que llamó
merecidamente la atención de los participantes y lo ha seguido haciendo en Twitter.
No podía ser menos: se trata de la entrega semanal de un poema breve, bien
elegido y hermosamente presentado con una ilustración añadida. Gracias a esa
iniciativa cualquier persona interesada, y por supuesto cualquier educador,
tiene la oportunidad de utilizar ese material dentro o fura del aula,
vehiculándolo por sí mismo o proponiendo a sus alumnos que se suscriban al blog
(tiene RSS), lo que les permitiría acudir a la clase con el poema ya leído, etc.
Todo ello en un bonito formato, al alcance de todos, sin coste alguno por su
uso y sin duda con un cuidado trabajo de selección, edición y mantenimiento
tras todo ello, pero que bien vale la pena por la utilidad que puede tener para
quien lo ha hecho y para otros. A esto se añade el agrado por que la internet,
tan a menudo denostada por su presunta banalidad generalizada, pueda verse
convertida, cuando los tiempos no lo son tanto, en un buen espacio para la
lírica y un útil recurso educativo donde tal vez no muchos esperaban que lo
fuera. Parabienes, pues, sin la menor reserva.
Pero, dicho esto, me surge otra pregunta:
¿es esta innovación la que nos permiten las TIC? Y la respuesta, creo, es que
podemos hacer mucho más con ellas. En particular, creo que podemos ir más allá
de tratar a los alumnos como meros lectores, receptores, consumidores, o como
demos en llamarlo, de poesía. No quiero decir con esto que DP los reduzca a eso.
Por un lado, la página aporta simplemente unos recursos que pueden ser
utilizados de manera diversa. Por otro, con o sin ésta página, con o sin TIC,
los buenos profesores de lengua y literatura siempre han tratado de que su
alumnado captara, sintiera y aprendiera por diversas vías el valor de la
palabra, del texto, de la literatura… Por lo tanto, no creo que los profesores
que hacen o usan DP se tengan que limitar a pasárselo a su alumnado como si se
tratara de una fotocopia para luego volver a los métodos de enseñanza y
apredizaj tradicionales: lectura, interpretación, comentario… Lo cierto, no
obstante, es que tampoco puedo decir lo contrario, pues lo que hagan o dejen de
hacer no está grabado en el recurso mismo, es decir, en la página de DP.
Lo que creo es que la herramienta misma
podría ir fácilmente más lejos. En los términos más generales, creo que las
TIC, incluidas las que sierven de base a DP, posibilitan otra forma de
aprendizaje, otra relación del alumno con el conocimiento, una relación más
activa y creativa, más crtica y, por ello mismo, de mayor valor formativo. A
partir de aquí sugeriré algunas posibilidades. No daría un euro por ninguna de
ellas en particular, porque yo no soy profesor de lengua y literatura y no me
considero capacitado para decir qué puede funcionar mejor en ese ámbito, pero
espero que entre todas ellas sirvan para indicar una dirección posible sobre la
base de DP, aunque de momento no visible. Una dirección que podria ser seguida,
con no mucho esfuerzo, por cualquier docente que quisiera aprovechar DP como
plataforma sin cambiar ésta, pero que también podrían ser incorporada a ella
sin dificultad, con lo que pasaría a aprovechar mucho más del potencial
innovador de las TIC en general y de esta propuesta en especial.
1.
Una de las actividades más
elementales que yo recuerdo de mi infancia y mi adolescencia cuando veíamos una
poesía en el aula o fuera de ella es la tarea de interpretarla. El lenguaje
poético es denso, metafórico, polisémico, a veces esotérico o forzado por la
rima y el ritmo. Si los poemas estuvieran en .html en vez de .pdf los alumnos
podrian, desde cualquier navegador con el plug-in
adecuado, marcar las palabras y ver de inmediato significados, sinónimos, antónimos. En el
último poema, de Ballester, ¿qué significan alé,
sinuós, crepuscle?
2.
DP es un blog, con su
correspondiente posibilidad de comentarios. “Deja un comentario”, dice un
pequeño enlace tras cada entrada, pero el hecho es que no hay comentario
ninguno. Sin embargo se podría animar a los alumnos a interpretar y comentar el
poema elegido por esta vía, en el aula y fuera de ella. En el penúltimo poema,
de Figuera Aymerich, que me gusta más: ¿qué quiere decir una “noche clara”;
¿tiene relación con que la luna “nos bañe”?; ¿por qué no sabe la autora qué
corazón es el que siente latir en su cuerpo?, etc. Los alumnos podrían reflexionar sobre ello y expresarlo con más tranquilidad que oralmente en el aula, y hacerlo en interacción y en cooperación. (Si más de un profesor emplea
DP bastará con que lo reproduzca, vía feed, en otro blog específico para evitar
que se torne inmanejable por el número de comentarios.)
3.
Mejor aún: ¿qué tal invitarles
a reescribir el poema? El de Figuera Aymerich, reza: Quietos en la noche clara. / Mi cara junto a tu cara: / La misma luna
nos baña /… El alumno podría escribir, por ejemplo: Juntos en la noche calma, / mi cara junto a tu cara / la misma luna en
el alma / … y explicar por qué, si para decir lo mismo o algo distinto. Lo
que escriba será probablemente de menor calidad y hondura que lo que lea, pero
podemos estar seguros de que quien haya luchado con las palabras para escribir
un poema apreciará mucho mejor el valor de lo hecho por otro.
4.
¿Y qué tal ilustrarlo o
ponerle música? El alumno podría buscar en el inmenso repositorio de la internet
imágenes que ilustraran el poema, tal vez con restriciones como que fuera
pinturas, etc. O podría buscar la música con que acompañarlo, por ejemplo
entrando en Spotify y escribiendo en la ventana de búsqueda “luna”, lo que
arrojaría cientos de piezas a elegir, o “luna clásica”, lo que le conduciría a
Beethoven, Debussy, etc. Todo ello, sobre la base de la comprensión e
interpretación del poema.
¿Me he explicado? La novedad de las TIC y su valor para la educación consiste precisamente en las amplias posibilidades que ofrecen de que el alumno aprenda haciendo, adquiera conocimiento resolviendo problemas y desarrollando proyectos reales, etc. Además, el alumno debe familiarizarse con un uso creativo, no sólo contemplativo, de las mismas. Debemos pasar con el alumnado de la web 1.0 a la 2.0, de leer a leer y escribir, del consumo a la producción, de la transmisión a la interacción. Antes de que lo hagan sin nosotros.
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