30 nov 2005

Precisamente (la) eso

Sin imaginar ni de lejos lo que se avecinaba, ni mucho menos cuán próximo estaba en el espacio y en el tiempo, los días 26 al 28 de octubre discutíamos en la Université París 8 (Saint-Denis) sobre la “Construcción y deconstrucción del colegio único. Lo que está en juego en la escuela media.” El collège unique es, para entendernos, la ESO francesa, creada por la ley Hàby en 1975 y que hoy hace agua por diversos sitios. El problema es el mismo que en todas partes: la institución y, en general, la profesión, quieren mantener a todos los adolescentes escolarizados hasta los 16 años (incluso se pretende, desde que así lo formulara Chevènement, que el 80% del alumnado llegue al bachillerato), sin introducir diferenciaciones irreversibles en ese tramo, pero no todos llegan al final..

Pero, como parte de la respuesta social a los disturbios, el primer ministro, Villepin, acaba de proponer reintroducir el aprendizaje a los 14 años. Los sindicatos enseñantes y la izquierda, por supuesto, se oponen. Yo también lo haría, pero hay un problema que resolver: ¿seguirá pudiendo un adolescente abandonar la escuela, en torno a los 16 años, sin llevar consigo ninguna cualificación profesional? La mayoría de los jóvenes siguen estudiando después de esa edad, pero nada les obliga a hacerlo, por eso siempre hay una parte que no lo hace. Si dejamos de lado las respuesta rituales, habríamos de preguntarnos ¿qué es más importante, el proceso o el resultado?, ¿qué siga el mismo recorrido que los otros o que salga con algo de valor al mercado de trabajo? ¿Derecho a la educación o derecho al trabajo? ¿Todo para el alumno pero en contra de su voluntad, o dejar que decida?

¿Qué tal las dos cosas? Hay que pensar nuevas fórmulas: tal vez permitir una incorporación temprana pero parcial al trabajo, condicionada a la permanencia también parcial en la escuela durante la minoría de edad hasta conseguir los resultados comunes básicas y una cualificación mínima.

2 comentarios:

  1. Yo pienso que un chico que haya terminado sus estudios mínimos, es decir, la ESO, no tiene ninguna cualificación para el mundo laboral. Tampoco pienso que rebajar la edad escolar a los 14 años sea una buena medida. Esta claro que en Francia esto sera contraproducente. En mi opinión, la enseñanza común debería ser hasta los 14 años, igual para todos los alumnos y a partir de hay, buscar nuevas formulas para que cada uno estudie o practique lo que le gusta. Deben, por tanto, ampliar el número de módulos de grado medio y dejar que los alumnos que quieran entren en ellos con 14 años. Esto solucionaría los problemas que da el actual sistema de Garantia Social.

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  2. Entre los 25 más influyentes del 2006 en educación, según El Mundo.
    http://www.elmundo.es/especiales/2006/01/sociedad/500del2006/educa.html

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