Algunas de mis impresiones rápidas sobre el debate Rajoy-Rubalcaba de ayer, hoy en El País, según se las conté a Natalia Junquera
M. Fernández Enguita, sociólogo: "Rubalcaba, críticas convincentes, pero no las propuestas"
Mariano Fernández Enguita, catedrático de sociología en la Universidad Complutense, cree que el debate ha sido "previsible y sin sorpresas". "Rajoy se ha empeñado en que todo va menos mal de lo que iría con los socialistas e irá mejor, y antes, gracias a sus decididas reformas. Era irónico oír al presidente del partido que se decía de las personas desgranar fórmulas grises y cifras ambivalentes, excepto las ineludibles del desempleo, evitando mencionar los crecientes problemas de pobreza, migración, sanidad, educación o vivienda. Rubalcaba ha estado más convincente en las críticas, pero no en las propuestas, expresando el lento reconocimiento de lo que hicieron mal y su aún más lento empeño en elaborar una alternativa a la altura de la crisis".
Fernández Enguita ve muy difícil que los dos grandes partidos lleguen a un pacto para afrontar la situación del país. "Estamos muy lejos del día en que Gobierno y oposición, más allá de la retórica, quieran y puedan llegar a grandes acuerdos para salir de la crisis, porque el primero se siente demasiado fuerte, de modo que su innegable legitimidad de origen (las elecciones) le oculta su muy menguada legitimidad de ejercicio (su política), y la oposición es demasiado débil, atada en exceso a la defensa de ese pasado que no funcionó".
En cuanto a las referencias a la educación durante el debate, el catedrático de sociología cree que Rajoy "ha querido ignorar el estallido de una oleada de malestar nunca antes vista y se ha limitado a repetir que el elevado grado de abandono escolar exige la contrarreforma que proponen, la que siempre han propuesto pero presentada ahora como emulación del modelo alemán, que ni es milagro alguno ni es modelo para nadie fuera de su hinterland. Un problema obvio y una propuesta conocida, pero ninguna justificación que los vincule". Mientras, Rubalcaba, "ha criticado con acierto que el PP convierte la escuela pública en una escuela de segunda, dualizando la educación al igual que la sanidad: promueven la privatización arrojando la carga más pesada al sector público. Ha acertado también al señalar la visión clasista y elitista que subyace, según la cual unos valen para estudiar pero otros no. Pero no ha sabido distanciarse de un sistema educativo que, bajo los gobiernos socialistas, se mostró muy poco eficiente y muy poco eficaz, lo que ha permitido y permitirá siempre a Rajoy reprocharle un inmovilismo interesado -aunque sería más correcto hablar de inmovilismo ante los intereses colectivos".
M. Fernández Enguita, sociólogo: "Rubalcaba, críticas convincentes, pero no las propuestas"
Mariano Fernández Enguita, catedrático de sociología en la Universidad Complutense, cree que el debate ha sido "previsible y sin sorpresas". "Rajoy se ha empeñado en que todo va menos mal de lo que iría con los socialistas e irá mejor, y antes, gracias a sus decididas reformas. Era irónico oír al presidente del partido que se decía de las personas desgranar fórmulas grises y cifras ambivalentes, excepto las ineludibles del desempleo, evitando mencionar los crecientes problemas de pobreza, migración, sanidad, educación o vivienda. Rubalcaba ha estado más convincente en las críticas, pero no en las propuestas, expresando el lento reconocimiento de lo que hicieron mal y su aún más lento empeño en elaborar una alternativa a la altura de la crisis".
Fernández Enguita ve muy difícil que los dos grandes partidos lleguen a un pacto para afrontar la situación del país. "Estamos muy lejos del día en que Gobierno y oposición, más allá de la retórica, quieran y puedan llegar a grandes acuerdos para salir de la crisis, porque el primero se siente demasiado fuerte, de modo que su innegable legitimidad de origen (las elecciones) le oculta su muy menguada legitimidad de ejercicio (su política), y la oposición es demasiado débil, atada en exceso a la defensa de ese pasado que no funcionó".
En cuanto a las referencias a la educación durante el debate, el catedrático de sociología cree que Rajoy "ha querido ignorar el estallido de una oleada de malestar nunca antes vista y se ha limitado a repetir que el elevado grado de abandono escolar exige la contrarreforma que proponen, la que siempre han propuesto pero presentada ahora como emulación del modelo alemán, que ni es milagro alguno ni es modelo para nadie fuera de su hinterland. Un problema obvio y una propuesta conocida, pero ninguna justificación que los vincule". Mientras, Rubalcaba, "ha criticado con acierto que el PP convierte la escuela pública en una escuela de segunda, dualizando la educación al igual que la sanidad: promueven la privatización arrojando la carga más pesada al sector público. Ha acertado también al señalar la visión clasista y elitista que subyace, según la cual unos valen para estudiar pero otros no. Pero no ha sabido distanciarse de un sistema educativo que, bajo los gobiernos socialistas, se mostró muy poco eficiente y muy poco eficaz, lo que ha permitido y permitirá siempre a Rajoy reprocharle un inmovilismo interesado -aunque sería más correcto hablar de inmovilismo ante los intereses colectivos".
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