14 sept 2011

Panorama revuelto, visiones interesadas

   El Panorama de la Educación cuya edición 2011 presentaba ayer la OCDE se titula originalmente Education at a glance (la educación de un vistazo), que no es lo mismo. Ofrece indicadores sobre cuarenta países, lo que permite señalar fenómenos y tendencias comunes y apuntar fortalezas y debilidades singulares, aunque lo que nos ofrece es casi todo ya conocido, pues la OCDE emite información de manera continuada y los sistemas educativos no dan sorpresas de un día para otro. En este 2011 viene a recordarnos, en términos generales, el espectacular desarrollo educativo del último decenio y el alto valor económico de la educación para los individuos y para los países, es decir, la importancia de invertir en educación y los peligros de no hacerlo. A los españoles nos recuerda, en particular, nuestros mediocres resultados en evaluación de las competencias y nuestras elevadas tasas de fracaso académico y de abandono escolar prematuro.
   Pero el vistazo 2011 cae aquí en medio de un panorama revuelto, lo que quizá haga que no sepamos aprovecharlo. O no para la educación aunque sí para los intereses de cada cual. Así, los medios de la derecha se apresuran a publicar que los profesores españoles son los mejor pagados de la OCDE, mientras queTwitter y Facebook bullen de mensajes señalando que dan más horas lectivas que la media -y cada uno, por supuesto, ignora el otro dato. Demasiadosvistazos interesados y muy poca reflexión sobre el panorama, lo cual refleja uno de los mayores males de la educación en este país: el peso desmesurado de los intereses particulares y sectoriales, de los prejuicios y las tomas de partido precipitadas, de las ideologías sectarias. Se vio hace más de un año cuando la propuesta de un pacto de Estado sobre la educación no pasó nunca de un diálogo de sordos. Se ve ahora, cuando unos afirman que los profesores sólo trabajan en horario lectivo y otros se resisten a cualquier control o rendición de cuentas. Se ve cuando gobiernos conservadores recortan gasto donde más duele, sin dejar de brindar por la educación, y cuando braman por la calidad de la educación los mismos gremios que pretenden jubilaciones privilegiadas, jornadas matinales o reducciones del horario lectivo sin contrapartidas. Se ve cada vez que algún nacionalismo proclama que cuestionar su visión de la escuela es agredir a su nación.
   La tremenda crisis que vivimos, tan ligada a las peculiaridades de nuestro sistema industrial y nuestra fuerza de trabajo, y las incertidumbres que pesan sobre el futuro sobre el futuro de los jóvenes merecen reflexiones y debates menos interesados, y documentos como éste de la OCDE y otros permiten que sean más interesantes. ¿Qué tal intentarlo?

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