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15 sept 2011
Educación ahora, o será otra ocasión perdida
(Tribuna publicada el 14/9/2011 en El País).
El Panorama de la Educación 2011 de la OCDE ha venido a recordar dos cuestiones importantes. A todos y cada uno de los participantes, que la educación es decisiva para los individuos en términos de empleabilidad u oportunidades de empleo, de ingresos y de satisfacción en el trabajo, así como para los estados a la hora de recaudar impuestos, y que las ventajas asociadas a ella (y las desventajas asociadas a su falta) no dejan de aumentar. A España, que la estructura de nuestro sistema educativo, sobre todo por el elevado nivel de abandono escolar prematuro, nos sitúa en inferioridad de condiciones ante los desafíos de la sociedad del conocimiento y la competencia de países mejor equipados, que no son ya sólo los países que protagonizaron la primera y la segunda revoluciones industriales sino también los emergentes que están medrando en la tercera que apenas se inicia (por si no bastaba el indicador de nuestro desempleo).
En la economía del conocimiento los individuos compiten entre sí y con las máquinas por medio de su cualificación, y los países lo hacen por medio de la cualificación de su fuerza colectiva de trabajo. Y en el capitalismo, que está aquí para quedarse, las crisis, aparte de sus tremendos costes personales y sociales, no son sino episodios intensivos de esa destrucción creativa por la que las viejas formas de trabajar y producir son sustituidas por nuevas. Por eso, si la educación es importante, aún lo es más para la transición a cada nueva época pergeñada por tales crisis. Por eso, en fin, las sociedades se ven obligadas a esforzarse en el ámbito educativo -que no es sólo escolar- justamente cuando más difícil les resulta hacerlo.
De ahí la importancia de aumentar, mantener o reducir lo menos posible la inversión en educación, un truísmo que parecen olvidar ahora algunas administraciones autonómicas, quizá tentadas por la oportunidad de debilitar la escuela pública en beneficio de una escuela privada en parte más afín ideológicamente. Pero de nada sirve mantener abierto el grifo de los recursos a la vez que el desagüe, y lo digo por quienes reclaman una porción creciente de esos recursos para jubilaciones anticipadas, jornadas matinales, reducciones de horario lectivo sin contrapartidas, etc., a la vez que se resisten a cualquier forma de control, evaluación o rendición de cuentas.
El MEC dice que somos los que más hemos mejorado junto con Corea. La diferencia es que Corea, que empezó peor, está en cabeza y no descansa. La crisis que vivimos requiere menos retórica y más esfuerzo de todos, algo difícil en el mundo educativo, donde los intereses se disfrazan de retórica con tanta facilidad, pero de lo que depende nuestro futuro. Y perdón por este final tan trivial pero tan obvio.
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