15 mar 2011

Una Facultad no debe albergar una capilla

Accediendo a la Facultad de Educación-Centro de Formación del Profesorado de la Universidad Complutense de Madrid por su puerta principal, basta seguir el pasillo central para darse de cara con algo que uno no esperaría: una capilla. Vacía, seguro, pero ahí mismo, en un lugar tan privilegiado como inadecuado. Hoy he solicitado a la Junta de Facultad que se discuta en una próxima sesión su cierre, por razones que, aunque no todos compartirán, me parecen evidentes:
  1. Resulta impropio, excéntrico y extemporáneo para una institución pública, mas aun para un centro universitario, en una sociedad ampliamente secularizada y crecientemente diversa como la española y en un Estado que podríamos situar entre aconfesional y laico.
  2. Transmite un mensaje erróneo y dañino, día tras día, a miles de estudiantes que mañana serán maestros y profesores en centros de enseñanza que también son instituciones públicas (incluso cuando son de titularidad privada), ya demasiado salpicados por problemas de crucifijos, velos, pseudoasignaturas de religión, etc.
  3. Resulta particularmente inconsistente para un centro y un colectivo que han asumido como principio declarado -a veces casi como un mantra- el respeto a la multi e interculturalidad, la tolerancia, la diversidad, etc., lemas que en éstas u otras formas pueblan textos, discursos, tablones...
  4. Resulta especialmente hiriente y sectario que, cuando cualquier centro de enseñanza de nivel anterior se esfuerza por permanecer al margen, ser neutral o acoger de forma equitativa a distintas creencias, y cualquier aeropuerto tiene una sala ecuménica o multiconfesional, la Facultad siga exhibiendo desafiante la confesionalidad del pasado.
  5. Es algo absolutamente innecesario, cargado de simbolismo para todos pero sin ningún valor práctico ni siquiera para los creyentes, pues la Facultad no es una residencia ni un recinto obligado y aislado, sino que está en un medio urbano en el que abundan los templos, el más cercano una parroquia situada a unos cien metros.
  6. Resulta un lujo incomprensible, por no decir un despilfarro, ese espacio casi siempre vacío para mera autocomplacencia de unos pocos en una Facultad que tiene que impartir docencia en el edificio Multiusos, a más de un kilómetro, y en cuyos despachos se agolpan normalmente tres y cuatro profesores.
Volveré sobre el tema cuando haya novedades.

11 comentarios:

  1. Por si sirve el dato. Cuando yo era estudiante en la Facultad de Matemáticas en los últimos años setenta, era decano de la Facultad el padre Alberto Dou (jesuita). A propuesta suya se convirtió la capilla en "Aula de grados". Yo estaba en la Junta de Facultad en la que se tomó la decisión. Me acuerdo que el padre Dou comentó: "Es mejor que yo personalmente os haga la propuesta. No creo que nadie me acuse a mi de ser anticlerical."

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  2. José María Barrio10:32

    Estimados colegas:
    En países de los que nadie podría decir que son "confesionales" (p.ej EEUU, o Alemania) hay capillas universitarias. Concretamente en Alemania, además, en todas las Universidades existen Facultades de Teología católica y luterana. Y nadie en su sano juicio diría que Alemania es una teocracia. Habría que explicar con mejores argumentos que el hecho de que alguien rinda culto público, naturalmente en los lugares adecuados, supone un agravio u ofensa para quienes rindan otro, o no rindan ninguno. Y también habría que explicar con mejores argumentos por qué el "espacio público" puede ser empleado gratis para ciscarse en las creencias católicas (véase el grupúsculo llamado "Contrapoder", con subvenciones públicas, al igual que tantas muestras supuestamente "artísticas"), y sin embargo haya de taparse la boca a los católicos. Habría que explicar con mejores razones que el único "espacio público" donde podemos encontrarnos todos tenga que ser el del ateísmo o el agnosticismo. Porque unos cuantos no estoy ahí, y tambien pagamos impuestos, oiga.
    Saludo cordial
    José María Barrio Maestre

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  3. José María Barrio16:20

    Me permito contestar "per longiorem" a cada una de las observaciones sobre la Capilla, querido colega:

    1) Habría que explicar con mejores razones eso de que “resulta impropio, excéntrico y extemporáneo” permitir que los católicos se manifiesten como lo que son en el espacio público, naturalmente con respeto –como, por cierto, suelen hacer– a quienes no comparten sus creencias. El argumento de FE parece dar por supuesto que el “espacio público” es un predio exclusivo para ateos y agnósticos y, en todo caso, para católicos que se avergüencen de serlo. Igualmente habría que argumentar mejor que el espacio público pueda emplearse para vejar gratis a los católicos y sus creencias, mientras que el lugar adecuado para los católicos sea la catacumba. Habría que argumentarlo mejor, porque sencillamente no es evidente que los únicos que tengan derecho a expresarse libremente sean los que quieren insultar a Jesucristo.

    2) Estos edificantes énfasis en la beatitud de la neutralidad laica son algo repetitivos. El argumento de que los católicos son sociópatas porque, ya se sabe, todo el que tiene una Biblia va dando bibliazos a los que no piensan como él, ya va estando un poco gastadito. Habría que ver de qué “biblia” se trata, porque la mía, oiga, lo que dice es exactamente lo contrario. ¿En qué sentido es “dañino” que alguien exprese su creencia en Jesucristo, o en lo que sea? Este recurso de ¡que viene el lobo, léase, la teocracia!, diseñado para taparle la boca a los católicos, dispara con pólvora real contra fantasmas que llevan difuntos más de un siglo. Por otro lado, produce no poca rechifla que quienes lo emplean vayan de neutrales.

    3) Me parece que repetir el mantra por enésima vez no excusa de explicar mejor ciertas cosas. Y concretamente una: ¿En qué sentido el hecho de que los católicos profesen su creencia en Jesucristo puede suponer una afrenta para quienes profesen otras creencias religiosas, o para quienes no profesen ninguna?
    (Continuará)

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  4. José María Barrio16:22

    4) De intento no he apelado a argumentos jurídicos. Pero la Constitución Española. “Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones”. Esto es lo que dice el a. 16. 3 de la Constitución Española. No me gusta emplear este argumento pero, insisto, es un argumento. Los docentes funcionarios (creo que Vd lo es) hemos de jurar/prometer eso al tomar posesión de la plaza. Naturalmente es legítimo discrepar, pero como ciudadano de este país me sé sometido a ese régimen jurídico y, como funcionario, más o menos obligado a respetarlo y hacerlo respetar. Por otra parte, eso de que la Facultad “exhibe de forma desafiante la confesionalidad del pasado” habría que explicar mejor qué quiere decir. A mí me parece, más bien, que ofrece unos servicios a quienes desean hacer uso de ellos. ¿Es un desafío que encima de la puerta haya un cartel que diga “Capilla”? Me parece que el sentido obvio de eso es orientar a las personas que deseen acudir ahí, incluso ahuyentar a quienes les salgan sarpullidos al verlo, para que no se confundan de puerta y se lleven un susto de muerte, o miren hacia otro lado (apenas son unos segundos). Lo de confesionalidad del pasado no sé bien a qué se refiere: quizá más bien a los deseos de FE que a la realidad social de este país. Perdone que le recuerde un par de cosillas, por supuesto sin acritud. Más del 80% de los padres de familia en este país solicitan para sus hijos educación católica. Las concentraciones humanas más numerosas de la historia de este país no han sido mítines o concentraciones paniaguadas de PSOE-UGT, sino para escuchar a los papas católicos cuando han venido aquí en los últimos años. Ciertamente no todos serán católicos practicantes, pero entre éstos y los que han mostrado interés por lo que tiene que decir la Iglesia católica, no son precisamente cuatro lunáticos marginales. No sé en virtud de qué concepto de tolerancia, pluralismo y multiculturalismo pretende FE un régimen de “apartheid” para gentes que han demostrado ser bastante inofensivas en general, y que no suelen ir “desafiando” a nadie. Sólo desean mostrar, a quien lo soporte, que Jesucristo les importa mucho, y que el encuentro con Él es lo más importante que les ha ocurrido. Últimamente no han demostrado mucha afición al alfange, al insulto y al desprecio con el que sin embargo otros del tipo “Contrapoder” –esos sí, bien paniaguados– tratan a los demás.

    5) También se consideran servicios públicos muchos otros que satisfacen ciertas necesidades de ciertos usuarios, que acuden discrecionalmente a ellos, si lo desean: restaurantes, piscinas y otras instalaciones deportivas, incluso servicios sanitarios, y no lo son menos –“servicios” y “públicos”– porque existan otros similares en las proximidades.

    6) Si nos ponemos a hacer recuento de los espacios dedicados a menesteres variopintos, juzgando su pertinencia en función de la densidad de usuarios, no sé si la Capilla tendría que ser el único local dedicado a otros usos. Por su lado, no sé qué problema de espacio podría solucionar un sitio tan pequeño. Para otros servicios, absolutamente minoritarios, la Universidad no solo dota espacios, sino plazas de funcionarios y fondos públicos que, de ser fiscalizados con un criterio proporcional, habrían de desaparecer de forma fulminante.

    Cordiales saludos
    José María Barrio

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  5. Querido Profesor,
    puedo dar fe de que la capilla no está vacía. Sorprende sin embargo que para sostener dicho argumento, tras cuyo supuesto encadena seis razones -todas ellas tan razonables como discutibles y ampliamente refutadas no sólo por catedráticos que se han dedicado al problema de la libertad religiosa en la escuela, estudiando documentos y no emitiendo simplemente su "opinión", a quienes considero habría no sólo que leer sino además consultar- no lo haya comprobando "empíricamente".
    La Facultad lo que necesita son seminarios, congresos, debates públicos, actividades extra-académicas y no propuestas que mucho me temo tienen más de político y resentimiento, o de resentimiento político, que de razonamiento.
    Un abrazo

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  6. Anónimo22:46

    Estimado Sr Barrio:
    Seguramente mi comentario no tiene la profundidad, complejidad, fluidez y soltura de verbo con la que ud. esgrime sus srgumentos; pero intentaré explicarme con claridad.
    La iglesia católica oficial, en España, tuvo magníficas ocasiones, tiempo y oportunidades para defender a los débiles durante 40 años que gobernó el generalísimo caudillo de la patria por la gracia de Dios; y nos demostró de qué lado estaba.
    También nos lo dejó claro más tarde con sus posiciones ante la teología de la liberación; y también con la postura adoptada al apartar a eminencias como Hans Küng.
    Del argumento de la constitución, precisamente, en mi opinión, lo más interesante del artículo 16.3 es "y las demás confesiones", es decir, sin situación de privilegio para una confesión determinada.
    Y, por último, de las convocatorias que reúnen a tanta muchedumbre, tan bien organizadas por los Kikos y los neocatecumenales, tienen un trasfondo político también muyconcreto y particular. Afortunadamente, los católicos de a pie demuestran posturas de mayor tolerancia e interculturalidad inclusiva en la vida diaria.
    Un abrazo para Fernández Enguita.
    Cordiales saludos para ud, sr. Barrio; por supuesto, sin acritud.
    También soy funcionario.
    Carlos Prieto.

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  7. Estimado profesor Enguita:

    Quisiera empezar dándole la bienvenida a la Complutense. Aunque seguidora (intermitente) de su blog y lectora de varias de sus publicaciones, no he sabido de su incorporación a la Facultad de Educación hasta su reciente y comentada intervención en la última Junta.

    Me gustaría añadir a los comentarios aquí publicados, lo que sigue:

    (i) Frente a otros ejemplos recientes de acciones de protesta, le agradezco su buen gusto al elegir como medio para elevar su propuesta la referida Junta, así como dar voz a este tema a través de su blog.

    (ii) Me ha sorprendido ver que en lugar de celebrar y animar el derecho a la libre asociación y reunión de personas dentro de la Facultad, haya propuesto usted clausurar espacios y no abrirlos. Ojalá el nivel de asociacionismo de esta Facultad fuese de tal cantidad y de tal pluralidad que realmente se plantease la necesidad de debatir la reordenación de espacios para tales fines.

    (iii) En lo que respecta a las características concretas del referido espacio que, efectivamente, se encuentra situado en el hall de entrada con un claro y discreto cártel indicativo que anuncia que “eso que hay ahí” es una “capilla”, quisiera destacar a su favor, frente a otras asociaciones de la casa como por ejemplo, los despachos del club deportivo o de la delegación de alumnos, que el referido espacio-capilla siempre tiene la puerta abierta. Cualquiera puede entrar en cualquier momento, incluyendo, como se ha comprobado empírica y recientemente en un espacio de similares características y dedicado a similares fines del campus de Somosaguas, grupos de mujeres en sujetador.

    (iv) Considero que plantear cerrar un espacio donde personas, dentro de la legalidad vigente, se reúnen y expresan con libertad, supone una pérdida para la democracia y, por ende, para la universidad. Gracias al trabajo y sacrificio de muchos, puedo decir que no he conocido otra cosa en mi vida distinta al marco constitucional actualmente vigente. Y esto de clausurar espacios me suena más a manual de historia de España que a uno de ciudadanía.

    (v) Creo que cerrar la capilla hace más daño a los proyectos de felicidad de muchos compañeros, que alivio para los que en realidad ese espacio-capilla “no les dice nada”.
    Muchas gracias por su tiempo y por su blog. Siga escribiendo por favor.

    Bianca Thoilliez

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  8. Charo González12:56

    Quisiera añadir o plantear algunos matices a la cuestión y estoy de acuerdo con muchos otros que ya han planteado otros compañeros.
    Me siento a gusto y disfruto enseñando en una universidad pública y debatiendo en ella precisamente por la diversidad.
    Por otro lado apreciando en la mayoría de sus comentarios al profesor F.E., creo que fue de muy mal gusto que en los días recientes a la violación de un espacio público destinado al culto el mencionado profesor planteara su cierre. Y lo llamo violación de igual manera que lo haría si los estudiantes en nuestras bibliotecas se concentraran en masa, se desnudaran y empezaran a gritar contra Rousseau, Kant, Erasmo, o contra el mismo F.E., después de haber arrollado a las personas que custodiaban ese espacio. Podría ser un ritual necesario para aquellos que se han sentido oprimidos por la moral Kantiana pero creo el destino al que dedicamos nuestros espacios debe ser respetado. Ese ritual puede hacerse en otros lugares con el mismo efecto de catarsis y sin ofender a nadie.
    Creo que lo que estos hechos nos demuestran es la necesidad de la convivencia en paz, diálogo y respeto y esto, a mi juicio, no conlleva el retirar del espacio público ni ideas ni creencias, sino el aprendizaje y la apertura mutua y los lazos que maravillosamente sabemos establecer reconociendo, viendo y manifestando nuestras diferencias.
    En este momento, creo que lo que urge es respetar estos espacios de diferencia y enseñar a nuestros alumnos a respetarlos también.
    Por otro lado como el profesor F.E. no habrá entrado a la capilla no sabrá que el espacio es ridículo y sin ningún tipo de ventilación ni luz, su ubicación probablemente se deba a su inadecuación para ser un despacho, un aula o una sala de reuniones. Justificaremos el atrevimiento de decir que es un espacio privilegiado por no conocerlo. Pero vamos si usted quiere un espacio pequeño y sin luz ni ventilación para ponerse a trabajar puede elevarlo como ruego a la junta.
    Ahondando en el tema cultural, creo que usted entenderá y a lo mejor incluso lo comparte que las sociedades, los pueblos necesitan rituales. La propia universidad tiene los suyos, éstos dan identidad y un tiempo y un espacio social a los acontecimientos que nos suceden, recientemente hemos tenido un funeral en esa capilla, minúscula, por la madre de una compañera. Creo que si no hubiera sido por el funeral muchos no hubieran hecho explícito su apoyo, su abrazo, su com-pasión con esta compañera. Y me consta que con tremenda paz acudieron al mismo gente creyente y gente que no lo es especialmente, cosa que les honra. En nuestra cultura hemos sabido aprovechar los ritos, en este caso religiosos, para dar cauce a una necesidad humana y social. Y todavía mucha gente recurre a ellos por lo que siguen siendo un servicio público y social de gran importancia.
    Por otro lado decirle que la capilla no está vacía. Como no lo estaba la de Somosaguas cuando llegaron estos alumnos.
    Charo González Martín

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  9. Juan Luis Fuentes13:24

    Querido profesor,

    le agradezco su dedicación y trabajo al ámbito de la multiculturalidad e interculturalidad, de tanta pertinencia hoy y en el que se abordan asuntos de gran calado como es el del respeto a la diversidad cultural y religiosa. Sin embargo, me sumo a las objeciones ya realizadas en torno a si el momento más adecuado para plantear la supresión de las capillas de las Facultades, es a los pocos días de los hechos de Somosaguas condenados tanto por creyentes como no creyentes, respetuosos con la presencia de capillas en la universidad y detractores de ello. No estoy seguro de si su propuesta en el momento presente, y más sin un rechazo explícito a tales hechos, contribuye a cargar de razón a quienes los realizaron. Considero que hay cuestiones de las que es legítimo y sano dialogar en la comunidad universitaria, pero hay que valorar si las circunstancias son las más oportunas para hacerlo, o si con nuestras palabras podemos alentar comportamientos condenables.

    Por otro lado, me resulta algo incoherente concebir el planteamiento de la interculturalidad –hasta donde yo lo comprendo enraizado en el respeto al diferente y posteriormente construido sobre la base del reconocimiento y la riqueza de dicha diversidad–, como un rechazo y la intención de la expulsión del ámbito público, que no es que sea de nadie sino que es de todos, algo que no es minoritario, pero que aunque lo fuera, merecería un respeto y reconocimiento por formar parte de la identidad más honda de los individuos. No estoy seguro de que el mensaje de la interculturalidad sea el de la uniformidad pública, ni de que la supresión de la capilla sea un mensaje menos dañino y erróneo para los futuros educadores que el de la promoción del respeto para el que piensa o cree en algo diferente.

    Cordialmente,

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  10. La batalla laica se libra ahora en el campus
    La batalla laica se libra ahora en el campus
    Arrecian las protestas contra la presencia de capillas en las universidades públicas - Sus defensores apelan a la libertad de culto y a la tradición - Al menos 12 centros tienen oratorios
    http://profesoradoreligion.blogspot.com/2011/03/la-batalla-laica-se-libra-ahora-en-el.html

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  11. 1000 personas asiste a la Misa de desagravio por la profanación de Somosaguas
    http://tuvidaylareli.blogspot.com/2011/03/1000-personas-asiste-la-misa-de.html

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