18 mar 2011

Laicidad, capilla y demás

A la espera de encontrar el tiempo para volver sobre la cuestión de la capilla, recuperaré una vieja tribuna publicada en El País: "Ni confesionalismo ni laicismo", disponible también en este blog. Amplié el argumento no hace mucho en el capítulo "Laicidad institucional y libertad personal", escrito para el libro Aprender sin dogmas (Santander, Milrazones, 2011). Y he tenido la ocasión de defender nuevo la libertad de expresión religiosa en otra entrada de este blog: "Feijóo, el consejo y el hiyab: cuando los demócratas no son liberales". Leerlos podría ayudar a algún crítico a despejar sus propios fantasmas y así entender mejor mi propuesta.

2 comentarios:

  1. Anónimo10:39

    Hola a todos

    Enhorabuena por usar las TIC en la educación. ¿Conocen el Premio Internacional Educared 2011? Quizá les apetezca participar. Este año, se pueden presentar todo tipo de trabajos que supongan una aplicación didáctica de las Tecnologías de la Información y la Comunicación.

    Tienen toda la información en: http://www.educared.org/premiointernacional

    Como verán, hay tres modalidades de participación (Docentes con alumnos, sin alumnos y Laboratorio de Herramientas) y varios Premios Especiales del Jurado, a los que pueden optar.

    También les invitamos a unirse a nuestro canal de YouTube: http://www.youtube.com/user/PremioEducared

    Un saludo,

    Organización del Premio Internacional Educared 2011
    Correo electrónico: premiointernacional@educared.org
    Teléfono: 902.905.144
    +34.981.975.621

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  2. jorge luis gonano12:20

    Ciertamente es un conflicto latente el de la confesión católica y la pretendida aconfesionalidad-laicidad del Estado español. En sus artículos define una postura, desafortunada a mi entender, porque desde un punto personal y no sociológico discurre contra la Iglesia Católica. No habla de el atropello al que se ve sometida la iglesia en las constantes violaciones y libertades de culto, hiriendo el sentir religioso, como hecho sociológico de hondas raíces en la cultura europea. No se puede negar que el espacio universitario debe ser de pluralidad, tolerancia, diálogo y consenso, y sorprende que un profesor como usted de renombre tome postura indiscriminada hacia la iglesia, porque sucede como es costumbre en la sociedad española, de acusar a la iglesia, pero ¿y los detractores de ella? que muchas veces atacan con medios desproporcionados y ciertamente con violencia, y éstos nunca son considerados ultras, y por ende radicales. Sorprende que un sociólogo defienda unas posturas que dividen a la sociedad, y no invita al diálogo, al respeto, a estudiar la cultura europea desde una perspectiva más integradora. Los sociólogos vistos antaño como salvadores de la sociedad, ahora discurren sin una postura clara, ni sociológica, sino meramente reaccionaria ante una pretendida laicidad. Primero deben analizarse las posturas, la radicalidad que se ostenta en defender posturas por medio de dudosa responsabilidad, antidemocráticas, y que rozan el delito. Una capilla no es adoctrinar, ni hiere las posturas laicistas, ni una cruz en un ámbito estatal, y ya hay jurisprudencia al respecto desde el Tribunal de Hasburgo, por tanto deberían acatarse las normas y leyes, y un sociólogo invitar al diálogo, al consenso, y al respeto, y claro está denunciando cualquier postura radical que divide a la sociedad. Soy estudiante de Grado en Educación Primaria en la Universidad de Granada, y de Grado en Ciencias Políticas y de la Administración por la UNED, y he leído diversos artículos suyos en introducción a la sociología y estructura social, pero si alguien como usted toma una postura definida sobre esta cuestión, debería replantearse el dar cátedras, dado que no defiende la tolerancia, el respeto y la pluralidad, y ni siquiere tiene una postura clara ante la cultura y la tradición europea. Me opondré y negaré a que un autor como usted sea tomado de referencia en diversas asignaturas de mis carreras dado que no defiende la legalidad, o al menos es ambigua su postura. Con el respeto que se merece, un saludo.

    JORGE LUIS GONANO.

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