11 jun 2010

La pugna por la profesionalización

(Este post se basa en los datos adjuntos del Barómetro del Profesorado, del que se publica un informe de síntesis, incluido este comentario, en el nº 3869 (936), de 3/6/2010, de la revista Escuela. Véase www.scribd.com/enguita.
Al preguntar a los docentes cómo se definirían por su trabajo se les ofrecieron cuatro definiciones, válidas todas ellas: trabajador, empleado, funcionario y profesional. Incluso la de funcionario podría aplicarse en términos sustantivos, aunque formalmente o estrictos, al profesorado de la escuela privada, pero eso es irrelevante. Esto otorga una importancia especial a las connotaciones de los distintos conceptos.
La autodefinición como”profesional” es ampliamente mayoritaria. Contrasta con la popularidad de la definición como “trabajadores de la enseñanza”, tan popular en los setenta y ochenta y en la jerga sindical. De hecho, de los cinco grandes sindicatos (FECCOO, FETE-UGT, STEs, ANPE y CSI·F), dos siguen autodenominándose de “trabajadores” y uno “obreros”, y dos revistas (las de UGT y CCOO) se titulan “Trabajadores de la Enseñanza”. Sólo un sindicato se dice de los “profesionales” y lo hace también de su revista (ANPE, que era antes “de Profesorado Estatal” pero decidió aggiornarse).
Estas distinciones tienen mucho calado. Si eres trabajador estás a la altura de cualquier otro, en particular de los padres de tus alumnos, que también lo son, y es presumible que tengas un jefe, como ellos; si eres funcionario estás al servicio de la Administración; si eres empleado, a las órdenes del empleador; pero, si eres profesional, te sitúas por encima del público lego y estás sólo al servicio de algún bien común de tipo más o menos abstracto: la educación, la salud, la justicia, la defensa… en definitiva, no estás al servicio de nadie concreto. Las palabras son una manera de luchar por el status social del grupo.
MFE

4 comentarios:

  1. Yo diría más, nos consideramos profesionales liberales, artistas auténticos, creadores sujetos a la inspiración del día, perezosos si las musas no llegan.
    Ser trabajador implica otras cuestiones, además de las que apuntas: respetar horarios, aceptar la evaluación de tu trabajo, admitir cambios de puesto si el producto no es el deseado, aceptar que se cuestione tu competencia, ser considerado por lo que haces y no por lo que eres, y algunas otras servidumbres propias del obrero cuya sola evocación nos causa espanto.
    Seguramente por eso, por renegar de lo que somos y no actuar de acuerdo a lo que se espera de nosotros, este cuerpo docente desprende ese tufillo a descompuesto.

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  2. Epatado00:43

    Querido Fernández y demás amigos: Hemos descubierto el Mediterráneo. ¿Conocéis a alguien, en la Galaxia, que no se envuelva en el término "profesional"? ¿Para eso os pagan a los sociólogos?

    Por mi parte, prefiero ir en contra del mainstream, prefiero ser un bracero del aula. Que hay mucho profesional del desfalco, mucho rofesional de las influencias, mucho profesional de las subvenciones ...

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  3. Profesión: Empleo,oficio o actividad que se realiza habitualmente a cambio de un salario.

    Profesional: Dicho de una persona: Que ejerce una profesión. Que practica habitualmente una actividad, incluso delictiva, de la cual vive. Persona que ejerce su profesión con relevante capacidad y aplicación.

    Oficio: Ocupación habitual. Trabajo físico o manual para el que no se requieren estudios teóricos.

    Trabajador: Jornalero, obrero.

    Empleado: Persona que desempeña un destino o empleo.

    Funcionario: Persona que desempeña un empleo público.

    Esas son las definiciones de la Real Academia de la Lengua Española. Además de esas definiciones, están las que se dan a nivel usuario, y de todas ellas, la definición de funcionario es la que peor reputación tiene entre la población que no lo es, unas veces con fundamento y otras sin él.

    A mí me gusta más la definición de profesional para los docentes: Persona que ejerce su profesión con relevante capacidad y aplicación. Aunque, como en todas las actividades humanas, no siempre se corresponde con la realidad.

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  4. Marió15:46

    Las percepciones planteadas en la encuesta sobre la denominación del trabajo que desempeñamos no son incompatibles.
    Yo me siento trabajadora, me siento funcionaria -empleada pública, de servicios públicos- y me siento profesional. Quizá si tuviera que excluir y quedarme sólo con una también elegiría la que la mayoría.
    Esta opción no me sitúa por encima de las familias de los estudiantes, ya que no estamos en la época de mi abuelo: muchos son profesionales que tienen responsabilidades y salarios superiores a los míos.
    Yo diría que me responsabiliza con dar cuenta pública de mi conocimiento y capacidad de decidir en mi trabajo, de mi responsabilidad personal y "corporativa" con lo que hago. Ser profesional implica compromiso y responsabilidad autónoma y colectiva, sin deber delegar en otros en exclusiva. Es por asumir mi responsabilidad como trabajadora y como docente por lo que me definiría así. No estaría mal que leyeras la Declaración de la IE sobre la Ética Profesional. Por cierto, a la Internacional de la Educación pertenecen bastantes de los 5 sindicatos que mencionas en el post, incluidos los que llaman a su revista "Trabajadores de la Enseñanza"

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