Es difícil imaginar una respuesta más inadecuada al incidente de la prohibición del hiyab en el aula que la elegida por la Consejera de Educación de la Comunidad de Madrid. Después del desafortunado fiasco laicista del director y la comunidad (quizá habría que comenzar a decir la secta) escolar del IES Camilo José Cela, nada peor que la patochada liberal de la Consejera Fígar, que seguramente ha creído ver confluir todas las ventajas y virtudes en la decisión de dejar a los reglamentos de los centros la facultad de permitir o no el velo en su interior. La ventaja más obvia, eludir la responsabilidad de tomar por sí misma una decisión; otra ventaja asociada, llevar la contraria al gobierno. Entre las virtudes, la presunta opción liberal: que cada centro haga lo que quiera, y seguramente un cierto arrebolamiento republicano. Pero el valor del liberalismo consistió en defender la libertad de las personas, comenzando por la libertad de creencias y de culto, contra el Estado y cada una de sus instituciones (una de las cuales es, no se dude, la escuela, incluso cuando es privada, pues actúa por un mandato público), no en que el Estado y cualquier pequeña institución pudieran imponerse a ellas, como ahora ha sucedido. Y lo que el republicanismo aportó fue otra cosa: la distinción clara entre el Estado y la iglesia, pero entre el conjunto del Estado y la iglesia ("El maestro en la escuela, el cura en la parroquia y el político en el Ayuntamiento", decía Ferry), no el fraccionamiento del Estado en distintos pedazos al servicio de distintas sectas. Porque lo que el gobierno regional de los populares hace no es declarar laica la escuela en su conjunto, ni siquiera la escuela pública, sino permitir un reducto laico, o pseudo-laico, en un mar de escuelas públicas con crucifijos en las aulas, escuelas religiosas concertadas y trato de favor a los legionarios de Cristo y otros fundamentalistas –y la música de fondo la pone la COPE. Nosotros os dejamos crear algún reducto laico, pseudolaico o sectariamente laico, de manera que podáis exhibir vuestra conciencia republicana, y vosotros nos dejáis que sigaos sosteniendo y fomentando las escuelas confesionales.
¿Por qué esa súbita conversión a la autonomía de los centros? Tal vez porque no hay mejor manera de volar la escuela pública y la cohesión social, como de inmediato se ha visto. El segundo IES, el San Juan de la Cruz, al que estaba previsto trasladar a Najwa ha modificado su reglamento en cuestión de días, un tiempo récord, para prohibir también el hiyab. "Esto que hemos hecho nos complica la vida, pero no vamos a crear guetos", ha dicho la directora. En realidad debería haber dicho –y eso será lo que se haya dicho en el Consejo del Centro-: "Se van a crear guetos, pero nosotros no seremos uno de ellos, aunque con ello contribuyamos a que otros lo sean en mayor medida." Tienen razón la directora y el Consejo en señalar los perjuicios añadidos de cambiar a una alumna a mediados de curso y en reclamar que la Consejería dicte una normativa de carácter general pero habrían hecho mejor en oponerse directamente al traslado con cualquier medida antes que con ésa.
Porque esa dinámica es precisamente el material explosivo de la lamentable inhibición de Fígar. Si los centros pueden abrir o cerrar las puertas a los inmigrantes y a las minorías de origen islámico con un simple reglamento, todo racista, xenófobo o sectario religioso se convertirá en republicano en menos que canta un gallo. Después de todo, nada mejor que encontrar razones pressentables para fines impresentables
Gracias por estas reflexiones tan inteligentes y tan claras. Nos hacen muchísima falta.
ResponderEliminarEn educación, la política liberal que se está imponiendo en Madrid se basa en la idea de que lo mejor es competir unos centros contra otros y romper el sistema educativo.
Todos los pasos que se dan van en esa dirección (cerrar los CAP, institutos bilingües, clasificaciones de los centros en base a las pruebas CDI, ...).
La cohesión social está en peligro y, lo que es peor, la dignidad de los educadores.
vale, sostenella y no enmendalla.
ResponderEliminaraunque el carrito del helado es muy visible.
Coincido con estas reflexiones y me parecen muy lúcidas. Una aportación más: me parece bien la norma del Reglamento del IES CJ Cela, ..., lo que falla es su interpretación. Imaginemos que mañana va al instituto una alumna o alumno que acaba de salir de una quimio por un cáncer y lleva tapada una calva vergonzosa para él, además del frío que, si fuera otra época del año, pudiera coger. Imaginemos que hats hay una prescripción facultativa en que se tape. ¿Le prihibirían entrar a clase? Claro que no, el derecho a la salud está por encima del reglamento, además de que el objtivo del reglamento (el orden en clase) no se vulnera. Pues igual en el caso del hiyab. Y no se diga que hace falta una norma general: no para este caso; ¿o es que van a escribirse en una Rela Decreto, o una Orden, ... todos los posibles supuestos? La Inspectora o la Consejera debieron corregir un mal uso de la autonomía del centro.
ResponderEliminarIncreíble, la Comunidad de Madrid, enarbolando el principio de la autonomía organizativa de los centros para escurrir el bulto. Una nueva versión del "pito pito que yo no he sido". Y lo del segundo instituto de cambiar en tiempo record el Reglament Interno, un gesto de poca humanidad. Soy director de centro y creo que no podría dormir esa misma noche despúes de proponer al consejo escolar ese acuerdo. Una imagen lamentabl.
ResponderEliminarGracias otra vez por sus juicios acertados
Sólo hay una manera de educar para la libertad, permitiéndola. Dejando a la alumna fuera del centro educativo, no se la educa para la libertad. Sólo, desde dentro, educando para que se ame la libertad... Entonces ella misma se quitará lo que se tenga que quitar. (La mejor forma de que un niño deje el chupete, es que él mismo lo arroje...). Para entonces los símbolos sólo serán símbolos y no ataduras.
ResponderEliminarPues no es cosa del PP. Es de los que hicieron y votaron la LODE. Según esa ley (y las siguientes) es legal hacer eso, y en los privados más. El que compitan centros entre sí viene de una ley que permite los conciertos con los colegios-negocio, que da "liberatd" para escoger centro. Eso es la LODE y la LOGSE. Esperanza Aguirre solo la cumple.
ResponderEliminarApreciado director:
ResponderEliminarEl dia que una chica de 16 años se presente en su despacho para decirle que le obligan a llevar velo, ¿qué respuesta la dará?
¿Y garantías?
Pero estoy de acuerdo en una cosa: la autonomía de centros en cuestión de derechos funamentales es una camama. Y las declaraciones de los ministros, peor aún.