19 dic 2011

La merecida ruina de la U. Complutense: 3. PTEU a tiempo parcial con sueldo completo

Escribí sobre esta cuestión en otro momento y en otro lugar, y lo que diré ahora se diferencia poco de lo que dije entonces, pero no puedo dejar de mencionar este asunto al abordar la manera en que la UCM ha contribuido a labrar su propia ruina y se siente ahora atada de pies y manos para salir de ella. Me refiero a la reducción del horario lectivo de los Profesores Titulares de Escuela Universitaria de 360 a 240 horas anuales (de 36 a 24 créditos), lo que supone equiparar su carga docente a la de los Catedráticos y Profesores Titulares de Universidad (y Catedráticos de Escuela Universitaria). Equiparar, igualar, homologar… son palabras que siempre suenan bien; reducir la carga docente también suena bien, por supuesto. ¿Cuál es el problema, entonces? Pues muy sencillo; supongamos, por ejemplo, una familia semi-tradicional en la que Papá tiene un empleo remunerado, a tiempo completo, y mamá otro, a tiempo parcial, pero ella se hace cargo además de todas las tareas domésticas; entonces viene Papá y, en nombre de la igualdad, reduce su jornada laboral también a tiempo parcial, a las mismas horas que Mamá, pero sin asumir ni una sola de las tareas domésticas, a las que se sigue dedicada en exclusiva ésta. ¿Alguien dudaría que Papá explota a Mamá? Donde dice empleo digamos ahora docencia; donde decía tareas domésticas, digamos investigación; donde estaba Mamá ponemos a los TU, CU y CEU y donde estaba Papá a los PTEU. Catedráticos y Titulares de Universidad tenían y tienen un empleo a tiempo completo compuesto de dos partes -de dos empleos a tiempo parcial, si se prefiere: docencia e investigación- correspondientes a dos funciones. Los PTEU tenían un empleo a tiempo completo con una función, pero ahora lo tienen a tiempo parcial, siguen desempeñando una única función y siguen cobrando un salario a tiempo completo. Cualquiera de ellos que lea esto dirá: “Damos las mismas horas de clase que un CU, un TU o un CEU.” La respuesta es: Sí, pero no investigáis. Puede que el PTEU, impaciente, añada: “Nos pagan menos, por eso es justo que demos menos horas, así salimos a una cantidad parecida por hora.” No voy a emplear tiempo en indagar con exactitud la remuneraciones del profesorado, pero un boletín de la FETE que he encontrado por ahí y cuyos datos doy por buenos indica que, en 2005, un CU cobraba por paga 2.861,94€, un TU o CEU 2.284,33€ y un PTEU 2.020,12 €. O sea, que un PTEU cobraba aproximadamente un 12% menos que un TU o CEU, para compensar lo cual se le redujo la carga docente en un 33%… no está mal, ¿verdad? Nuestro PTEU, cada vez más enfadado, dirá: “Pero yo doy las mismas clases, de las mismas asignaturas, a los mismos alumnos.” Y la respuesta es: sí, pero no. Si que dan las mismas materias, en algunos casos (en los grados, pero no pueden darlas en los posgrados y sólo en ciertas circunstancias deberían haber podido darlas en los segundos ciclos de las antiguas licenciaturas), pero eso no quiere decir que den las mismas clases, a no ser que se piense que dan la misma clase quien investiga y quien no, quien crea conocimiento y quien sólo lo transmite. Y nuestro PTEU, ya al borde de estallar, exclamará: “¡Pero es que también investigamos! ¿Quién ha dicho que no lo hacemos?” Yo lo digo. Naturalmente que un PTEU puede investigar, pero si lo hace se convertirá pronto en TU o CEU. Para algunos profesores, la figura de PTEU es o ha sido solamente una etapa transitoria en el camino hacia las figuras plenas de TU -o CEU- y CU, pero para otros es sencillamente lo que encaja con la ausencia prolongada de una actividad investigadora relevante. En otras palabras: quien investiga llega a TU o más allá y, quien no llega, es porque no investiga. Se puede pensar lo que se quiera sobre la justicia o injusticia de los sistemas de selección y promoción del profesorado en España, pero quien quiera que conozca la Universidad sabe que cabe discutir si alguien debería llegar a algo antes o después, pero no pretender que las puertas están cerradas. Quien conozca la Universidad sabrá que hay más probabilidades de encontrar un TU o superior que no investigue que un PTEU que sí lo haga, así como que es más fácil que un PTEU llegue sin méritos suficientes a TU que verlo frenado teniéndolos. Hablamos de una carrera, no de la situación de tal o cual persona en un momento determinado de la misma. En la evaluación de la investigación del profesorado que realiza la Comunidad de Madrid, las Escuelas Universitarias se sitúan, en media, dos puntos y medio (sobre diez) por debajo de las Facultades: 3,96 frente a 6,39. La Facultad con mayor proporción de PTEU, la de Educación se sitúa (4,39) casi un punto y medio por debajo de la media de su grupo. Lo que debería haber sucedido con el cuerpo de PTEU, una vez que las Escuelas de Magisterio, Comercio, Asistentes Sociales, etc. fueron convertidas en Escuelas Universitarias y, luego, fundidas con las Facultades, era su extinción como tales. Dar la oportunidad a todos de concurrir a los cuerpos inmediatamente superiores -de hecho la han tenido, y con muchas facilidades: programas de doctorado exprés y, por supuesto, tribunales de doctorado y de oposición mejor o peor confeccionados por sus propios departamentos- y dejar en las mismas condiciones, hasta su extinción administrativa, a quienes no lo quisieran o no lo lograran. Se hizo lo contrario: utilizar la figura del PTEU para convertir en funcionarios a algunos profesores aparentemente incapaces de escribir una tesis doctoral. No diré los nombres, pero puedo asegurarlo: en la UCM se hizo PTEU, por primera vez, a tres profesores no numerarios de Facultad que no lograban -o ni siquiera intentaban- escribir sus tesis, concretamente tres dirigentes de CCOO en la época del rector Gustavo Villapalos (un bonito pacto entre dos actores presuntamente antagónicos). Uno de ellos llegó con el tiempo a escribir su tesis y es hoy CU en otra universidad; los otros dos, nunca. Ésa fue la primera vez que se cruzo la raya entre el profesorado de Escuelas y el de Facultades, aunque de otra manera. Lo que se hizo después fue comprar el voto del colectivo, numéricamente no muy importante pero sí muy cohesionado en defensa de sus pretensiones, con estas conquistas laborales que no son igualitarias sino todo lo contrario, porque consagran y agudizan la desigualdad en las contribuciones. Violan la máxima elemental de dar a cada cual según su trabajo. Una consecuencia es que la UCM, que tiene hoy 281 PTEU, ve su plantilla reducida, en términos de capacidad docente, en el equivalente a 140,5 profesores: muchos más que los que se propone reducir en medio de esta crisis. Pero no hará lo más sencillo, que sería devolver la dedicación docente de los PTEU a lo que marca la legalidad del Real Decreto 898/1985, de 30 de abril, sobre régimen del profesorado universitario.

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