En julio publicó Comunidad Escolar un estudio apocalìptico “realizado por ANPE y la Fundación Jiménez Díaz”: 72,6% del profesorado sufre alto riesgo de padecer ansiedad o depresión. Se basaba en el Cuestionario de Salud General de Golberg, distribuido a 500 profesores en 50 centros, y fue dirigido por José Luis Granizo, jefe del Servicio de Epidemiología. Aunque el estudio no habla de causas, ANPE sí, “porque todos los docentes la conocemos: la situación del profesorado es insostenible”. Tremendo, ¿no?
He ido a las páginas de las dos entidades en busca de detalles. ANPE no nada en su web. Por la memoria de la Fundación sé que Granizo es un solvente investigador clínico ducho en microbiología, biología celular, enfermedades del tórax… pero no en trastornos psicológicos. No es tanto el Jefe de la sección como la sección entera, que se reduce a él como “médico adjunto”. Pero alguna experiencia tiene. El Sindicato de Enfermería SATSE presentó en su XI congreso un estudio suyo que concluía que “el estado de salud y la calidad de vida de los enfermeros se encuentra en peores condiciones que las de otros profesionales de la población general.” En www.satse.es se lee: “El Sindicato […] reunió en Madrid a delegados […] de toda España. Se les ofreció toda la información que necesitaban a la hora de distribuir los cuestionarios, recogerlos […] y atender cualquier consulta de los profesionales de Enfermería que colaboran en este trabajo.” El presidente “explicó a los delegados que este estudio servirá ‘para contar con datos […] que nos permitan plantear a las Administraciones’”, etc. Dicho en plata: querían esas conclusiones y las lograron… y ANPE tomó nota.
Si sólo se habla de ansiedad y depresión, no sé por qué usar el Cuestionario de Salud General en vez de la Escala de ansiedad/depresión, o si se confunden. Ambos son poco fiables (con respuestas sesgadas del tipo “estoy mejor/igual/peor/mucho peor”, o sea, una positiva y dos negativas) e inadecuados para un colectivo en que domina la retórica sobre el estrés y la depresión es la panacea para abandonar o ser apartado de la docencia. Inadecuados, pues, el cuestionario, la muestra, los encuestadores… pero el ruido ya está hecho.
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