(Esta es la presentación de un tema del mes que he coordinado para el numero de enero 2024 (#549) de Cuadernos de Pedagogía
Mientras escribo (noviembre de 2023) va a hacer un año de la aparición de ChatGPT, suficiente para que unos anticipen un mundo de abundancia y otros el fin del mundo, la UE se apresure a regular la IA en modo prudencia y derechos, mientras China lo hace a la manera autoritaria y los EEUU atajan recuperando una vieja ley de seguridad nacional. El propio mundo tecnológico, área digital, se ha descolocado: Microsoft y Meta/Facebook, habían tenido que retirar apresuradamente sus respectivos fiascos en materia de IA (Tay, por ultraderechismo grosero, y Galactica, por falsificación sistemática); Alphabet/Google, presuntamente puntera (crearon el transformador, la T de GPT), sorprendida por ChatGPT, no pudo evitar otro fiasco con Bard y hubo de retirarlo unos meses. Último capítulo, el culebrón de OpenAI: despido del gran jefe Altman, cadena de dimisiones y linchamiento/arrepentimiento de los conspiradores –materia para Netflix y reflejo de la tensión entre interés privado y público, negocio y política, utopía y apocalipsis que acompaña a la explosión de la IAG (de generativa, no general).
En la educación, como es habitual, primero fue la alarma: obvia sobre el plagio, que ataca la columna vertebral del sistema tradicional, y latente sobre la eventualidad de que algoritmos o robots pudieran emular a los docentes (¿sustituirlos?); acumulable, claro, a la preocupación general por sesgos, alucinaciones, falsificaciones, brechas…. Del lado opuesto, la habitual exaltación por las tecnológicas y los incondicionales de la disrupción, así como entusiasmo entre los más dispuestos a la innovación. En medio, una mayoría de profesores interesados, preocupados y desorientados ante una tecnología nueva que a todos cuesta comprender, ya en su presente y más en lo que pueda ser el futuro.
Al temor suele suceder el enroque. Ha ocurrido con el informe GEM 2023 de Unesco y su estela. Publicado en inglés en julio, el lector español (todavía hoy, fin de noviembre, no hay traducción completa), podía encontrar un primer resumen en la web del organismo, Tecnología en la educación: una herramienta ¿en qué términos? Pregunta perfecta, más ante el furor por ChatGPT y otros modelos masivos de lenguaje (MML), pues son una tecnología inmadura, no enfocada a la educación (ni desde el ámbito hispano), por lo cual serán necesarias mejoras, purgas, ajuste fino, entrenamiento ad hoc, limitaciones y salvaguardas, acompañamiento, etc. Pero el título inglés era otro: Technology […] on whose terms?: ¿en los términos de quién? Esto ya no habla de un problema técnico (qué) sino de intereses o autoridad (quién) (el Resumen Ejecutivo en español ya traduce “de quién”). Y el hashtag entonces y hoy reza: #TechInOurTerms, en nuestros términos. Quiénes somos nosotros tiene, sin duda, una respuesta oficial: la comunidad educativa (mitad real y mitad entelequia), y otra realista: el profesorado, al que se dirige el informe.
Al día siguiente, algunos medios aseguraban ya que Unesco recomendaba prohibir los móviles en las aulas. No lo dice en ningún lugar, pero el tono del informe animaba a ello. Ahora sufrimos una ofensiva contra el móvil que recuerda aquella contra sus radiaciones, y de las antenas, que resultó pura superstición. Es la tónica: tras la pandemia y la frustrante enseñanza remota de emergencia se revalorizó el cuidado, antes casi indigno; tras la aparición de la IAG, se demoniza el móvil, ayer parte de la solución BYOD. ¿Coincidencia o lo que siempre hemos llamado reacción?
Hay motivos para la ilusión y la preocupación, pero evitemos que una eclipse a otra. Más allá de las viejas promesas de eurekas basados en datos masivos, tutorización inteligente (en realidad, enseñanza ramificada) a partir del registro digital, etc., el salto en la IA, y potencialmente en su uso educativo (IAEd), que suponen los MML, con ChatGPT como buque insignia, obliga a estudiar, diseñar, experimentar y evaluar sin descanso, con prudencia pero con audacia, las nuevas posibilidades. Descartemos la idea de que la tecnología, material y venal, va a arruinar una educación espiritual y desinteresada. El sistema escolar es hoy una estructura hipostasiada por una tecnología, o por dos: el libro, que fija la información para bien pero con costes, y la imprenta, que lo multiplica a bajo precio. Su versión escolar, el libro de texto (parecido solo en la forma), dicta lo demás: se verbaliza en la lección, se resume en la pizarra, se reitera en las tareas, se repite en el examen, etc. El conjunto, sin embargo, expulsa del aprendizaje a la conversación, único medio de comunicación inscrito ya en nuestra genética (la lengua que el niño aprende sin esfuerzo), paradigma de otra educación (socrática, dialógica) y lo que nos devuelve ahora, y lo hará mejor, la IA generativa, pronto interactiva, en todo caso conversacional.
Los textos que siguen apenas son primeras incursiones. Kukulska-Hulme & al., Trujillo, y López-Cuadrado & al. Abordan, en los tres primeros textos, los múltiples usos potenciales de la IAEd y, en particular, en el aprendizaje de una lengua adicional (son modelos de lenguaje) y en la creación de tecnologías asistivas para la inclusión (son extensiones de nuestros sentidos y herramientas). Gallent y Comas, y García Peñalvo, se ocupan de las grandes preocupaciones académicas surgidas: el plagio y la evaluación. Castañeda, García San Martín y yo mismo abordamos aspectos más generales: los entornos personales de aprendizaje, la competencia digital docente y la simbiosis de inteligencia natural y artificial en aprendizaje y enseñanza.
Índice de la monografia:
Pedagogías que utilizan herramientas de IA. La utilización de herramientas de IA como ChatGPT para apoyar la enseñanza y el aprendizaje. Agnes Kukulska-Hulme & al.
La Inteligencia Artificial en el aprendizaje de lenguas adicionales. Fernando Trujillo
Inteligencia Artificial en tecnologías de apoyo a la discapacidad para el ámbito educativo. José‐Luis López‐Cuadrado, Mónica Souto‐Rico, José Manuel Sánchez-Pena e Israel González‐Carrasco
La llama de Prometeo: IA e integridad académica. Rubén Comas-Forgas y Cinta Gallent-Torres
Cómo afecta la inteligencia artificial generativa a los procesos de evaluación. Francisco José García-Peñalvo
La evolución de los PLE en la era IA: más preguntas en el mundo de las respuestas. Linda Castañeda
¿Qué lugar ocupa la IA en las competencias digitales de los docentes? María Jesús García San Martín
Perder el miedo a la IA Generativa. Mariano Fernández Enguita
El número incluye otras dos piezas de interés: un artículo de Dolors Reig sobre IA en la universidad y una entervista a Nuria Oliver, autora de IA, naturalmente.
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