8 mar 2014

Desdichas de bloguear en el aula universitaria

    Desde hace unos años los alumnos de mis grupos en la Universidad deben mantener un blog, con entradas semanales o quincenales (según la carga discente, o sea, el total de créditos), una por tema del programa. Con ello pretendo que busquen, valoren, seleccionen y analicen información, además de que piensen y escriban, y que todos vean el trabajo de todos, en vez de mantener meras relaciones bilaterales con el profesor -pero ahorrando papel. Lo hago como parte de un plan más amplio que incluye wikis, presentaciones, agregación de preguntas, agendas, etc., que ya expuse brevemente en otro post, pero hoy quería decir algo sobre las dificultades que puede entrañar, en una Universidad como la mía (la Complutense), algo aparentemente tan simple como esos blogs.
    La universidad cuenta con dos plataformas, Moodle y Sakai. Sus herramientas para blog son bastante feitas y, además, no me gustan los jardines vallados, de modo que prefiero, si es posible (si el curso no demasiado breve, por ejemplo), utilizar una plataforma externa.

   Este año pensé inicialmente en Blogger, pero la única forma que se me ocurre de agrupar los blogs de los alumnos es crear un blog colectivo, lo que al cabo de varios posts se convertiría en un batiburrillo de manejo poco cómodo a los efectos de control y evaluación. Me decanté entonces por Wordpress, que tiene un plug-in que permite agrupar blogs individuales en clases y seguirlos y gestionarlos con facilidad. Pero no bastaba con wordpress.com, sino que necesitaba wordpress.org, por lo que pregunté a la Universidad si podrían instalarlo en cualquier servidor institucional, pues a mí me resultaría engorroso, ya que ni quiero tener un ordenador dedicado 24/7/365 ni sabría instalarlo sin más. Respuesta: no. Pues vale.
    Entonces me decidí por Edublogs, que está dedicado a educadores y sus estudiantes en cualquier contexto. Ellos alojan el blog y ofrecen algunas herramientas de interés para su gestión. Puede suponer cierto engorro inscribir a los estudiantes y ayudarles a empezar, pero vale la pena. Ahora bien: Edublogs es de pago, 39.95$ por doce meses. Ni pensar en que la Universidad pudiera comprarlo a tiempo, ni en pedir a un administrativo que lo hiciera (“Ein?”), así que lo compré yo, lo pagué con PayPal y pasé el recibo (Your Edublogs Pro Receipt). Eso produjo el típico proceso surrealista, pues si compras por la red y te envían un recibo, la (primera) versión digital es el documento original y cualquier versión impresa es una copia... ¿no? Pues sí, pero como si no: la burocracia universitaria quiere como “original” una impresión en papel. Al final me dijeron que, aun así, no me lo pagaban, porque no era una factura con el CIF de la Universidad, etc. No podía serlo, si la pago con mi tarjeta y mi cuenta PayPal; y no sé qué falta hace que lo sea, cuando Hacienda acepta por doquier recibos de menor cuantía. ¡Por 39,95 $, que son 30,42 €! Seguro que con varias instancias, un recurso y dos o tres reuniones podría haber recuperado los 30 €... pero no mi tiempo. ¡La universidad siempre en vanguardia!
    Pues bien, terminó el primer cuatrimestre y quería hacer lo mismo con los grupos del segundo, pero Edublogs también tiene sus gages. Te permite tener un muy elevado número de alumnos que no recuerdo (el límite está en el almacenamiento), mucho más de lo que yo en necesito, pero sólo puedes manejarlos como un grupo único, todos juntos, salvo que abras -y pagues- nuevas cuentas. El primer trimestre me sirvió, porque mis dos grupos eran similares, pero en el segundo son distintos de estos y distintos entre sí y no quiero mezclarlos. Tampoco quiero borrar a los anteriores, pues sus posts son trabajos que han sido parte de su evaluación y, por tanto, necesito conservarlos, así que no me quedaba otro remedio que buscar otra plataforma. De paso puede comprobar que Edublogs no ofrece una vía para descargar en bloque copia de todos los blogs de una clase, en ningún formato (engaña la fórmula de exportar en .xml, lo que sólo describe la matriz de datos para importarla desde otra plataforma).
    Decidí entonces volver, de mala gana, a la plataforma de la Universidad, concretamente al blog de Sakai, donde ya tenía abierto el sitio de la asignatura para usar otras herramientas. Empezamos el curso, empiezan a publicar sus posts los alumnos, empiezo yo a evaluar la primera tanda, publico unos primeros comentarios individuales a algunos de sus posts.... y ¡hop!, desaparecen. ¡No podía creerlo! En plena Universidad Complutense, en su campus virtual oficial, en una herramienta tan estandarizada como el blog y su segunda función más elemental, que es poder comentar las entradas... y se esfuman. Lo comuniqué a los servicios informáticos, lo comprobaron y me informaron que sí, que se esfumaban...
    En fin, he seguido buscando y probando y me pasado con mis grupos a Kidblog. Tiene muy buena pinta: es estable, gratis para todos, me deja organizar cuantos grupos quiera, sigo fácilmente los posts por autores, categorías o etiquetas y hasta incluye una barra de estado al pie que informa al autor de cuántas palabras lleva (les pongo un límite, por lo cual es una ayuda), aunque me produce cierto apuro decir a estudiantes adultos que estaremos mejor en una plataforma llamada kidblog que en la de la UCM. Ya veremos.

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